David Villafranca
Indianápolis (EE.UU.), 13 jun (EFE).- Los Pacers, a solo dos triunfos de su primer anillo de la NBA. Caitlin Clark como abanderada de la revolución de la WNBA. Un estado obsesionado con el baloncesto. Indiana atraviesa un momento espléndido y hace caja con el 'boom' de sus equipos.
Rick Carlisle sabía muy bien lo que decía cuando tomó el micrófono como entrenador de los Pacers nada más clasificarse para las Finales de la NBA, eliminando a los New York Knicks.
“En 49 estados es solo baloncesto, pero esto es Indiana”, afirmó.
Esa frase es desde hace muchísimo tiempo un mantra en Indiana, un estado en el que el baloncesto es casi una religión y en el que este deporte se venera de forma muy especial.
Por todo ello, resulta especialmente significativo el magnífico momento que atraviesan tanto los Indiana Pacers como las Indiana Fever, algo a lo que el propio Carlisle aludió este martes tras un entrenamiento hablando sobre esta era dorada del baloncesto en Indiana.
“Creo que es un punto válido acerca de las Fever y la presencia de Caitlin Clark. Ambos equipos (Pacers y Fever) están en proceso de crecimiento y mejora”, reflexionó.
“El nivel de interés es alto. Siempre hemos tenido grandes aficionados aquí (…). Ambas aficiones (de Pacers y Fever) son realmente excepcionales en ese sentido. Creo que la reputación de Indiana, por los Hoosiers, por Bob Knight y la Universidad de Indiana, la historia que tiene esta franquicia con los equipos de la ABA y todo eso, y una aparición previa en las Finales, todo eso tiene un gran peso”, agregó.
Haliburton y la locura de los heroicos Pacers
Remontadas increíbles, hazañas impensables, un estilo frenético y ultraofensivo, un Tyrese Haliburton tocado por los dioses… Los Pacers han sido la gran sensación de este 'playoff' de la NBA y, con 2-1 en las Finales ante los Oklahoma City Thunder, están a solo dos triunfos de conquistar el primer anillo de su historia.
Nada más acabar el tercer partido en el Gainbridge Fieldhouse de Indianápolis, la entrada más barata para el cuarto de las disponibles en StubHub, uno de los portales de reventa de referencia en Estados Unidos, costaba casi 900 dólares, una cifra impactante para un mercado pequeño como Indiana.
Para el sexto, que por qué no podría ser el del título para Indiana, la más asequible se disparaba hasta 1.125 dólares.
Ni Larry Bird como entrenador ni Reggie Miller como estrella, dos iconos de Indiana, pudieron darle el título a los Pacers que ahora tienen al alcance de la mano el equipo dirigido por Carlisle, liderado por Haliburton y Pascal Siakam y con un fondo de armario inagotable: Myles Turner, Aaron Nesmith, Andrew Nembhard, Obi Toppin, T.J. McConnell, Bennedict Mathurin, etc.
Un campeonato para Indiana, que partía como víctima frente al favoritismo rotundo de Oklahoma, sería también un triunfo para 'la clase popular' de la NBA, dado que los Pacers son este curso el equipo número 22 de 30 en cuanto a volumen de salarios según la web HoopsHype.
Clark y la fiebre por la WNBA
340.715 espectadores en total para presenciar sus partidos en casa, récord para un equipo de la WNBA en una temporada. Pasar de una media de 6.615 fans a 9.807 por partido. Y triunfar también a domicilio batiendo la marca de la liga con 20.711 personas en las gradas para el Washington Mystics-Indiana Fever.
Esos son solo algunos de los logros que consiguió Caitlin Clark el año pasado en su desembarco en la WNBA, que vive un momento de auténtico 'boom' en gran medida gracias al fenómeno de la exestrella universitaria de Iowa.
De baja desde finales de mayo por una lesión en el cuádriceps, la base de las Fever ha sido una seguidora fiel de los Pacers en este alucinante 'playoff' y este miércoles por ejemplo estuvo a pie de pista animando a Haliburton y compañía.
La presencia de Clark siempre es un estímulo para los fans de Indiana, pero su ausencia en la pista es un problema económico para las Fever y la liga en general.
Por ejemplo, solo 48 horas después de que se anunciara su lesión, las entradas para el partido Chicago Sky-Indiana Fever del 7 de junio cayeron de 90 dólares a 25. El equipo local preveía un interés especial y por eso cambió el encuentro del Wintrust Arena al United Center, que es el estadio más grande de la NBA (casi 21.000 personas).
También en la televisión extrañan a Clark. Un análisis del portal Front Office Sports detalló este miércoles que, en dos encuentros de las Fever sin su estrella, la audiencia televisiva fue de 343.500 espectadores de media, un 40 % menos que el encuentro con ella frente a las Atlanta Dream del pasado 20 de mayo (581.000 espectadores).
Por fortuna para las Fever y para toda la WNBA, Clark está muy cerca de regresar a las canchas y con ella el enorme negocio que la acompaña.