Redacción: Salwa Yordi | [email protected]
En el corazón de Texas, entre los rascacielos y el bullicio multicultural de Austin, florece un pedacito de Venezuela que vibra al ritmo del joropo, el tambor, el calipso y la gaita, se llaman Danzas Folklóricas Venezuela en Austin, una agrupación fundada y dirigida por María Reneé Rivers Nava, una mujer venezolana que convirtió la nostalgia en una poderosa forma de resistencia y celebración cultural.
Cuando María Reneé llegó a Austin, lo hizo como tantas otras personas migrantes: cargando sueños, incertidumbres y un profundo amor por su tierra natal. “Llegar a Austin fue comenzar una nueva vida, pero nunca quise dejar atrás mi identidad”, recuerda.
Para ella, la danza folklórica venezolana no era solo una tradición: era una manera de mantener vivas las raíces, de enseñar a sus hijos de dónde vienen y de crear un espacio donde la cultura no fuera silenciada por la distancia ni por el olvido.
Así nació Danzas Folklóricas Venezuela en Austin, en el año 2017. “Fue una forma de decir: aquí estamos, y tenemos mucho que ofrecer, dice”.
INICIOS

Los primeros pasos no fueron fáciles. Como muchos proyectos nacidos del amor y la convicción, Danzas Folklóricas comenzó sin recursos: no había vestuarios, ni espacio de ensayo, ni muchos bailarines. Pero había algo más poderoso que cualquier recurso económico: el corazón.
“El mayor reto fue visibilizar la importancia de la cultura en medio de tantas prioridades que tenemos como inmigrantes”, explica María Reneé. Pero ella perseveró. Tocó puertas, tejió comunidad, convocó voluntades. Y, poco a poco, su sueño se fue convirtiendo en una realidad compartida.
Siete años después, el grupo no solo ha crecido en número de presentaciones y de integrantes, sino también en impacto. Ha pasado por escenarios comunitarios, festivales culturales, escuelas, y eventos cívicos, llevando siempre un mensaje claro: Venezuela vive en cada paso de baile, en cada nota de tambor, en cada color de los trajes típicos.
DIVERSIDAD CULTURAL
Con orgullo describen como el repertorio de Danzas Folklóricas Venezuela en Austin abarca una amplia gama de manifestaciones tradicionales:
- El joropo llanero, con su fuerza, elegancia y zapateo vibrante.
- El tambor afrovenezolano, que honra nuestras raíces africanas con ritmos poderosos y ceremoniales.
- Los calipsos, herencia del oriente venezolano y su conexión con el Caribe.
- Las gaitas zulianas, inseparables de la Navidad y la alegría marabina.
- Los bailes andinos, que evocan nuestras montañas y fiestas patronales.
- Y la inolvidable Burriquita, símbolo de picardía, tradición y resistencia popular.
Los trajes se elaboran artesanalmente, atendiendo a los colores, texturas y formas tradicionales. La música, siempre auténtica, es el alma que guía los movimientos.
DANZA QUE SANA
Para María Reneé, la danza no es solo estética ni entretenimiento: es una herramienta de sanación colectiva, una forma de resistencia cultural y, también, un canal de educación. “
Siempre he sentido que nuestras tradiciones son una forma de resistencia. La danza nos conecta, nos sana y nos da voz en una tierra que ahora también llamamos hogar”.
AGRADECIMIENTO
María Reneé aprovecha cada oportunidad para reconocer a quienes han hecho posible este camino. “Quiero agradecer profundamente a todas las personas que han pasado por Danzas Folklóricas Venezuela en Austin: quienes han aportado con su talento en el vestuario, como bailarinas y bailarines, y también a quienes nos han apoyado desde el inicio. Han sido siete años de historia viva, y cada uno de ustedes ha dejado una huella invaluable en este camino”.
Para Maria Renee, bailar es historia, pero también un acto de amor, de memoria, de resistencia y gracias a mujeres como ella, Venezuela sigue bailando en el corazón de Texas.