Washington, 22 abr (EFE).- El viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, aseguró este viernes que por el momento solo ha visto voluntad de Estados Unidos de dialogar con su país sobre migración, y no sobre otros temas.
Un día después de participar en Washington en el primer diálogo bilateral sobre migración en casi cuatro años, Fernández de Cossío opinó además que hay poco que distinga la política hacia Cuba del presidente Joe Biden y la de su predecesor, Donald Trump.
“En términos prácticos, no hemos visto casi diferencias (entre Biden y Trump), en el sentido del impacto que está teniendo la política estadounidense en la vida diaria del pueblo de Cuba”, aseguró el viceministro cubano en un encuentro con periodistas.
Fernández de Cossío lideró la delegación cubana en el diálogo bilateral de asuntos migratorios, que según lo establecido en los acuerdos bilaterales debe celebrarse dos veces al año, pero que no había tenido lugar desde julio de 2018 por falta de voluntad del Gobierno de Trump.
Preguntado por si durante la conversación de este jueves vio voluntad de Estados Unidos de avanzar en otros temas de la relación bilateral, el diplomático cubano respondió que no.
“De momento, la voluntad que hemos visto por parte de ellos es de dialogar únicamente sobre asuntos de migración”, recalcó Fernández de Cossío.
Las conversaciones de este jueves, que estuvieron encabezadas por la parte estadounidense por Emily Mendrala, Subsecretaria de Estado Adjunta de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, se cerraron sin grandes avances.
Cuba insistió en su acusación de que Washington fomenta los flujos irregulares hacia EE.UU. y le pidió cumplir los acuerdos bilaterales en materia migratoria en su “integralidad y no selectivamente”, según un comunicado publicado este jueves por la Cancillería cubana.
El Gobierno cubano acusa a Estados Unidos de incumplir su compromiso de emitir en La Habana “no menos de 20.000 visas anuales a cubanos” para emigrar al país norteamericano, tal y como se pactó en 2017.
Ese año, Estados Unidos redujo al mínimo el personal de su embajada en La Habana y desvió los servicios consulares a terceros países, tras denunciar que se habían registrado “incidentes de salud” contra sus diplomáticos en la isla, cuyos motivos aún no han sido aclarados.
Durante su mandato, Trump puso fin a la política de deshielo entre los dos países que su predecesor, Barack Obama (2009-2017), había iniciado en 2015, y endureció las sanciones económicas contra la isla.
Tras su llegada a la Casa Blanca en enero de 2021, Biden ordenó una revisión de las políticas de Trump, pero la Casa Blanca endureció su postura hacia la isla después de las protestas del 11 de julio en Cuba, que fueron duramente reprimidas por las autoridades.
La Habana ha acusado a Washington de estar detrás de esas manifestaciones, algo que Estados Unidos ha negado.
En el plano migratorio, la embajada estadounidense en Cuba ha anunciado que a partir de mayo volverá a tramitar visados de migrantes desde La Habana como parte de la “expansión paulatina” de la actividad consular, aunque de forma “limitada” y sin plazos fijos.
Mientras que Cuba reprocha a Estados Unidos el no cumplir con sus compromisos en cuanto a los visados, Washington denuncia que La Habana no ha aceptado ninguna deportación de cubanos desde el pasado octubre mediante vuelos comerciales o chárter desde territorio estadounidense.
La salida de cubanos, principalmente rumbo a Estados Unidos, ha aumentado de forma notable en los últimos meses, algo que los expertos vinculan sobre todo con la grave crisis económica que atraviesa la isla.