Ciudad de Panamá, 8 feb (EFE).- Más de 31.000 migrantes irregulares que viajan hacia Norteamérica han cruzado en lo que va de año la peligrosa selva del Darién, la frontera natural entre Colombia y Panamá, casi la misma cantidad que en los primeros 5 meses de 2022, de acuerdo con las estadísticas oficiales panameñas.
Desde el 1 de enero hasta la madrugada de este miércoles un total de 31.610 migrantes en movilidad habían atravesado la jungla, de 266 kilómetros, según datos facilitados a EFE por el Servicio Nacional de Migración (SNM). Entre enero y mayo de 2022 la cifra llegó a 33.819.
El 15 % de los viajeros en lo que va de este año son “personas en especial estado de vulnerabilidad: niños, niñas y adolescentes”, precisó este miércoles a EFE la subdirectora del SNM, María Isabel Saravia.
Sólo en enero pasado llegaron a la provincia panameña de Darién 24.634 personas, más del quíntuple que en el mismo mes del año pasado. Y en lo que va de febrero lo había hecho 6.976, de los cuales 1.156 arribaron el martes.
CRECE EL CRUCE DE HAITIANOS Y EXTRACONTINENTALES
Los nacionales de Haití son el grupo migrante más numeroso hasta ahora con 12.585 personas, seguido de Ecuador (8.240), Venezuela (3.535), India (641) y Colombia (465). El resto de los viajeros proceden de más de 30 países del mundo, incluidos suramericanos, asiáticos y africanos.
“Este año hemos tenido un incremento de ciudadanos extracontinentales, que entran al continente americano por el Sur. Hemos tenido un incremento de ciudadanos colombianos y ecuatorianos”, comentó Saravia.
En 2022, la nacionalidad venezolana (150.327) lideró el paso histórico de 248.284 migrantes irregulares por la selva, seguido de Ecuador (29.356) y Haití (22.435); en 2021, fueron los haitianos, y años antes, en la crisis de 2015-2016 fueron los cubanos.
Las restricciones impuestas por Estados Unidos al ingreso de migrantes venezolanos irregulares a mediados de octubre pasado frenó la avalancha de estos, lo que quedó evidenciado en las cifras de viajeros cruzando el Darién: de 59.773 en ese mismo mes cayeron a 16.632 en noviembre de 2022.
La dinámica sobre las nacionalidades que más cruzan la selva “esperamos que sea cambiante a lo largo del año. Va a depender de las políticas (migratorias) de Estados Unidos y Canadá, que son los principales destinos”,así como también de que terceros países “abran libre visado”, dijo la subdirectora de Migración de Panamá.
“Calculamos que las cifras en el 2023 no van a bajar por diversas causas: sociopolíticas, geográficas, cambio climático, era poscovid, temas de oportunidades, la guerra” en Ucrania, valoró.
DESINCENTIVAR LA MIGRACIÓN IRREGULAR Y COMBATIR A LOS TRAFICANTES
La funcionaria recalcó la labor humanitaria del Estado panameño, que ofrece “con recursos finitos” alimentos y servicios sanitarios a los viajeros irregulares, a los que toma además datos biométricos.
Panamá ha sido “transparente en las cifras, pero nos encontramos ante un drama humano” que el Estado panameño ha logrado visibilizar hacia el resto de la región, afirmó Saravia.
“Tenemos que hablar de desincentivar las rutas irregulares y tener un compromiso entre los Estados (de origen, tránsito y destino) de luchar contra el crimen organizado, porque estas personas son traficadas y son tratadas por la delincuencia organizada”, agregó.
Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al menos 36 migrantes fallecieron en 2022 cuando cruzaban el Darién, donde los viajeros enfrentan los peligros propios de un entorno salvaje – animales, ríos crecidos, barrancos – así como los derivados de la presencia del crimen organizado, que ha usado la zona desde hace décadas para traficar drogas, armas y personas.
Esa cifra de fallecidos es posiblemente “sólo una pequeña fracción del verdadero número de vidas que se pierden” en esa zona, advirtió la OIM en enero pasado.
Muchos de estos viajeros son además víctimas de robos y violencia sexual, incluidas menores de edad. En Panamá, ya se han detenido y condenado a personas responsables de estos ataques a los migrantes.