Charleston, SC.- En medio de los niveles más altos de inseguridad alimentaria registrados en casi diez años, el cierre del gobierno federal está generando dificultades y ansiedad entre decenas de miles de empleados federales, miembros activos del ejército y trabajadores contratistas en Carolina del Sur, muchos de ellos viven al día, a solo un cheque de pago de necesitar ayuda de los bancos de alimentos locales.
Incluso antes del cierre, los bancos de alimentos ya enfrentaban una demanda creciente, especialmente en comunidades que aún se recuperan del paso del huracán Helene. En varias zonas de las Carolinas, la necesidad ha aumentado más del 30% en comparación con el año pasado.
IMPORTANCIA
De acuerdo con los datos más recientes del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), una de cada siete personas en Carolina del Sur, incluyendo uno de cada cinco niños, vive en hogares con inseguridad alimentaria. Los grupos más vulnerables incluyen niños, adultos mayores, veteranos y personas con discapacidades.
“Los bancos de alimentos y nuestras agencias asociadas han demostrado una y otra vez que tenemos la capacidad de responder cuando los fondos están disponibles”, dijo Nick Osborne, director ejecutivo de Lowcountry Food Bank y vicepresidente de Feeding the Carolinas. “El apoyo privado es vital, pero no podemos reemplazar el volumen de asistencia nutricional que programas federales como SNAP brindan a nuestros vecinos”.
Si el gobierno federal no logra financiar el programa SNAP (cupones de alimentos) antes del 1 de noviembre, Feeding the Carolinas anticipa un aumento drástico del hambre en todo el estado. SNAP ayuda a más de 556,000 personas en Carolina del Sur, y casi la mitad de los hogares beneficiarios tienen niños.
PRESIÓN A FAMILIAS
Los bancos de alimentos señalan que, aun con un fuerte respaldo comunitario, solo pueden cubrir una pequeña parte de la necesidad: por cada comida que un banco de alimentos ofrece, SNAP provee nueve.
“Cada día de retraso aumenta la presión sobre las familias”, expresó Erinn Rowe, directora ejecutiva de Harvest Hope Food Bank. “Pedimos a nuestros legisladores que trabajen juntos para poner fin al cierre y fortalecer los programas contra el hambre. Es una medida de sentido común que mantiene seguras a las familias, fuertes a las comunidades y estable a nuestra economía”.
Durante 2025, los recortes a los programas federales y estatales de asistencia alimentaria han afectado gravemente la capacidad de los bancos de alimentos para atender la creciente demanda. El USDA y el Congreso redujeron significativamente los fondos destinados a estas organizaciones, y la legislatura de Carolina del Sur no asigna actualmente recursos estatales a los bancos de alimentos.
Aún así, las organizaciones de ayuda alimentaria reafirman su compromiso. “Responder a esta crisis requiere unidad”, afirman desde Feeding the Carolinas. “Necesitamos que los legisladores, las empresas, las comunidades de fe y los ciudadanos trabajen juntos para garantizar que nadie en Carolina del Sur pase hambre”.
CÓMO AYUDAR
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Done a su banco de alimentos local. Cada aporte cuenta.
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Sea voluntario. Ofrezca su tiempo y lleve a un amigo.
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Contacte a sus representantes. Pida que terminen el cierre y refuercen los programas de ayuda alimentaria.
DÓNDE ENCONTRAR ASISTENCIA
Quienes necesiten ayuda pueden encontrar alimentos y comidas gratuitas a través de los bancos de alimentos que trabajan con cientos de organizaciones locales en cada condado del estado:
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Lowcountry Food Bank: zona costera de Carolina del Sur
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Second Harvest Food Bank of Metrolina: área de Charlotte y Upstate
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Harvest Hope Food Bank: región central y norte del estado
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Golden Harvest Food Bank: condado de Aiken y alrededores


