Nueva York, 22 dic (EFE).- Los coyotes, que se han avistado con frecuencia en El Bronx y otras zonas de Nueva York, continúan expandiéndose desde sus territorios naturales hacia entornos urbanos y adaptandose a la alimentación humana, de acuerdo con estudios que realiza el Gotham Coyote Project, que desde el 2010 sigue el rastro de estos mamíferos.
El ecologista de vida silvestre, Chris Nagy, se dedica a recoger excrementos de coyotes en el parque Pelham Bay Park de El Bronx (norte de la ciudad), lo que le ha permitido saber sobre su dieta, patrones de movimiento, su ADN y cómo éstos se están adaptando a la vida urbana, señala el portal web Gothamist.
Dicho análisis ha revelado que algunos excrementos que se han alimentado de comida humana, como el pollo, pero en su mayor parte, parecen preferir sus fuentes de alimento tradicionales.
Como parte de su investigación, Nagy, cofundador del Gotham Project, ha colocado cámaras de campo digitales que ayudan a estudiar los movimientos y comportamientos de los coyotes así como el de sus presas favoritas, como los zorros y los venados de cola blanca, destaca además Gothamist.
De acuerdo con Nagy, los coyotes metropolitanos están teniendo impacto en el ecosistema urbano. A través de las cámaras ha observado cambios de comportamiento en unas 20 especies diferentes de animales que comparten un hábitat con coyotes y que pueden ser sus presas, sobre todo conejos y ciervos, que han tenido que limitar su actividad al amanecer u oscurecer.
Muestras de excremento analizadas entre el 2010 y 2017 han establecido además que todos los coyotes de Nueva York estaban relacionados, “lo que me indica que se están dispersando y colonizando diferentes parques”, indicó por su parte. la investigadora Carol Henger.
Desde entonces, han sido avistados en parques de El Bronx, cruzando vías del tren a lo largo del lado oeste de Manhattan o a nado el Est River, moviéndose en la oscuridad a través de calles desiertas, y en variedad de espacios verdes como el Central Park.
El coyote, a diferencia del lobo, ha eludido el exterminio aumentando sus territorios y adaptándose a diversos ambientes. “Llegaron aquí no porque los quisiéramos o estuvieran en peligro de extinción o los criáramos y los dejáramos en los parques. Llegaron por sí solos, incluso cuando tratamos de erradicarlos durante 200 años”, indicó el ecologista.
“Teóricamente, los coyotes podrían prosperar en la ciudad, pero la gran pregunta es dónde está el umbral. Nunca se sabe con los coyotes, pero no creo que vayan a tener una guarida en Times Square”, afirmó irónicamente.
Los objetivos de los investigadores son aprender más sobre los coyotes y comprender su impacto en el ecosistema urbano al tiempo que educan al público.