Nueva York, 11 oct (EFE).- Cientos de inmigrantes siguen llegando a Nueva York -solo entre sábado y domingo sumaron 1.800- pese a la declaración del estado de emergencia por parte del alcalde Eric Adams el pasado viernes, mientras la ciudad se prepara para abrir el centro de ayuda humanitaria donde se les brindarán servicios.
“Los autobuses llegan a diario”, dijo a Efe una portavoz del Comisionado de Inmigración, y el día de ayer sumaron de nuevo ocho vehículos llegados desde Texas, fletados por el gobierno local del republicano Greg Abbott.
Con esa cifra ya superan los 19.200 inmigrantes (la mayoría venezolanos) llegados a Nueva York desde el pasado mayo, algunos por su cuenta, lo que ha creado una crisis en el sistema público de albergues de la ciudad, que ha tenido que recurrir a hoteles para alojarles.
Unas 62.000 personas están en los albergues, que no estaban preparados para tanto flujo de personas, y según la Alcaldía uno de cada cinco ocupantes de los albergues es un inmigrante recién llegado.
“Estas cifras son increíbles”, dijo ayer el alcalde al participar en el desfile de la hispanidad organizado por la comunidad italiana. “Crea tensión en nuestro sistema y tenemos que asegurar que tengan el apoyo que necesitan”, afirmó Adams.
De acuerdo con el alcalde, la ciudad espera gastar este año al menos 1.000 millones de dólares para ayudar a estas personas y ha pedido ayuda urgente a los Gobiernos federal y estatal y reclamó un plan coordinado para trasladar a inmigrantes a otras localidades del país.
“Esta es una crisis humanitaria que empezó con violencia e inestabilidad en Suramérica y que se está acelerando por las dinámicas políticas estadounidenses”, dijo Adams al decretar el estado de emergencia.
El flujo de personas continuó el lunes con más de cinco autobuses, enviados sin ningún tipo de coordinación con las autoridades de esta ciudad, que están levantando un centro de ayuda humanitaria en la Isla de Randall donde serán recibidos y podrán estar por al menos cuatro días mientras se decide su destino en alguno de los albergues o en casa de amigos o conocidos, si lo prefieren.
La isla de Randall se encuentra en las aguas entre Manhattan, Queens y el Bronx y cuenta con cinco puentes que la conectan a los tres condados, lo que permite que los inmigrantes puedan salir en autobús o a pie para llegar al sistema de metro de la ciudad. El centro se había comenzado a construir en El Bronx pero fue relocalizado por problemas de inundación en la zona y por su deficiente conectividad.