Kananaskis (Canadá), 17 jun (EFE).- El primer ministro de Canadá, Mark Carney, y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, mantuvieron este martes una reunión bilateral en la última jornada de la Cumbre del G7 en Kananaskis (Canadá) en la que trataron la profundización del “comercio, inversión y desarrollo económico”.
La Oficina del Primer Ministro de Canadá señaló en un comunicado que Carney “subrayó además los valores compartidos por Canadá y Brasil, entre ellos la protección del medio ambiente y el fortalecimiento de las economías en colaboración con los pueblos indígenas”.
Entre los temas abordados por los dos líderes estuvieron “el refuerzo de las cadenas de suministro de minerales críticos, la lucha contra los incendios forestales, la reanudación de negociaciones comerciales y el impulso del crecimiento limpio”.
Su encuentro se produjo después de que los dos mandatarios protagonizaran dos de las anécdotas de la jornada.
La primera sucedió durante la ‘foto de familia’ con los líderes del G7 y los de los países invitados: México, Brasil, Ucrania, Sudáfrica, Corea del Sur y Australia.
Cuando todos estaban en el podio y los fotógrafos listos para capturar la tradicional imagen, Lula da Silva inició una animada conversación con António Costa, el presidente del Consejo Europeo, y Giorgia Meloni, primera ministra de Italia.
En tono jocoso, Carney tuvo que llamar la atención a Lula da Silva para que mirase al frente y los fotógrafos pudiesen tomar la llamada ‘foto de familia’.
La segunda anécdota se produjo al inicio de la sesión conjunta del G7 con los líderes invitados. Cuando Carney empezó a hablar para iniciar la sesión, Lula da Silva interrumpió dirigiéndose en portugués a sus colaboradores.
Carney, sin entender qué pasaba, intentó hasta en tres ocasiones dar inicio al encuentro, pero el presidente brasileño continuó hablando con su equipo con cierto enfado, sin prestar atención al primer ministro canadiense y ante la sonrisa del mandatario francés, Emmanuel Macron.
Finalmente quedó claro que el equipo de traducción simultánea de Lula da Silva no funcionaba y que el presidente brasileño estaba intentando que sus colaboradores le proporcionaran uno en buenas condiciones.