Toronto (Canadá), 4 nov (EFE).- El Gobierno canadiense respondió este martes al creciente proteccionismo comercial y político de Estados Unidos con unos presupuestos generales del Estado que se comprometen a aumentar la capacidad industrial del país, las inversiones en defensa y la diversificación del comercio.
En sus primeros presupuestos generales, el primer ministro canadiense, Mark Carney, antiguo gobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, destinará en los próximos cinco años 280.000 millones de dólares canadienses (200.000 millones de dólares estadounidenses o 173.000 millones de euros) de inversiones de capital en vivienda, defensa, infraestructuras, energía limpia y programas de productividad.
Carney también reducirá el gasto operativo del Gobierno y el tamaño de la administración pública, recortará los impuestos a las clases medias y creará una nueva agencia de la vivienda, llamada Build Canada Homes, para acelerar la construcción y atraer inversiones privadas.
Canadá es la economía del G7 más afectada por los aranceles de la Administración del presidente Donald Trump, que ha impuesto gravámenes del 35 % a la mayoría de las importaciones canadienses no incluidas en el T-MEC.
Alrededor del 75 % de las exportaciones canadienses tienen como destino EE.UU. Además, Trump ha amenazado con anexionar Canadá utilizando “la fuerza económica” de su país si fuese necesario.
Al presentar los presupuestos en la Cámara Baja del Parlamento canadiense, el ministro de Finanzas, François-Philippe Champagne, señaló que “el mundo está atravesando una serie de cambios fundamentales a una velocidad, escala y alcance no vistos desde la caída del Muro de Berlín”.
Champagne añadió que el impacto sobre la economía canadiense “es profundo” y está provocando “un verdadero cambio generacional” por lo que los presupuestos presentados hoy tienen que servir “para dar forma” a la economía y al futuro de Canadá.
Los presupuestos tienen que ser ahora aprobados por la Cámara Baja del Parlamento, en la que el Partido Liberal de Carney está en minoría con 169 de los 343 escaños por lo que necesita el apoyo de al menos tres diputados de la oposición.
El rechazo del Parlamento provocará la caída automática del Gobierno y la convocataria de elecciones anticipadas.
El principal grupo de la oposición, el Partido Conservador, con 144 diputados, anunció poco después de conocerse los detalles del programa del Gobierno que votará en contra de la propuesta presupuestaria.
El segundo mayor partido, el soberanista Bloque Quebequés, con 22 diputados, también criticó el documento gubernamental por no incluir todas sus demandas.
El socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD), con siete escaños, ofreció una postura más comedida al señalar que necesita estudiar los detalles antes de indicar si apoyará al Gobierno.


