Río de Janeiro, 21 mar (EFE).- Brasil, uno de los países con las mayores reservas de agua potable del planeta, con el 12 % del total, perdió el 2,2 % de su superficie de agua el año pasado con respecto a 2023, con lo que mantuvo una tendencia de reducción iniciada en 2009, según un estudio divulgado este viernes por la red MapBiomas.
La superficie de agua de Brasil cayó desde 18,3 millones de hectáreas en 2023 hasta 17,9 millones de hectáreas en 2024, según MapBiomas, una iniciativa que reúne universidades, empresas de tecnología y grupos ecologistas y que monitorea la cobertura vegetal e hídrica del país, y el uso de la tierra en Brasil, con la ayuda de imágenes de satélite.
La actual superficie de agua del gigante latinoamericano se ubica un 4 % por debajo del promedio histórico medido por MapBiomas desde 1985 (18,5 millones de hectáreas).
Esa reducción se aceleró en la última década en la que el país registró ocho de los diez años más secos en la serie histórica.
Desde 2009, cuando comenzó una tendencia a pérdida hídrica provocada por los cambios climáticos y la explotación inadecuada de la tierra, tan solo en un año, en 2022, el país registró aumento de su superficie de agua (hasta 18,8 millones de hectáreas).
En 2023 la superficie de agua del país ya se había reducido en un 2,6 % con respecto a 2022.
“La dinámica de ocupación y uso de la tierra en Brasil, así como eventos climáticos extremos causados por el calentamiento global, están dejando al país más seco”, explicó Juliano Schirmbeck, coordinador técnico de MapBiomas Agua.
Según el estudio, mientras que la Amazonía, en donde viven 4,2 millones de brasileños, concentra el 61 % de la superficie de agua del país, la empobrecida región de la Caatinga, en el nordeste del país y con 32 millones de habitantes, tiene menos del 5 % de los recursos hídricos.
El Pantanal, el mayor humedal del planeta y que cuenta con el 2 % de la superficie de agua de Brasil (366.000 hectáreas) es el bioma que más ha perdido recursos hídricos. Su actual superficie de agua se ubica un 61 % por debajo del promedio histórico.
“Desde la última inundación, en 2018, el Pantanal ha sufrido con el aumento de los períodos de sequía, lo que se agravó en 2024, cuando la sequía extrema aumentó la incidencia y la propagación de los incendios”, afirmó Eduardo Rosa, otro de los investigadores de MapBiomas Agua.
La sequía extrema de Brasil el año pasado, la mayor en las últimas seis décadas, también castigó la Amazonía, que perdió el 3,6 % de su superficie de agua en 2024 en relación al promedio histórico.
En los dos últimos años, en que se registraron sequías, la Amazonía perdió un 4,5 % de su superficie de agua, hasta 10,9 millones de hectáreas, según el estudio.