Miami, 7 ago (EFE).- La NASA y la compañía aeronáutica Boeing confían en tener lista para marzo de 2024 la nave CST-100 Starliner para su primera prueba de vuelo tripulada, una fecha que dependerá de superar con éxito una serie de pruebas finales de seguridad y técnicas, según anunciaron este lunes.
En una teleconferencia celebrada hoy, funcionarios de la agencia estadounidense y de la firma privada informaron del “tremendo progreso realizado desde junio pasado” y de los avances para resolver diversos problemas detectados en los paracaídas y con las cintas de fibra de vidrio P-213, que protegen los cables del vehículo de la abrasión.
Steve Stich, gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, se mostró orgulloso del esfuerzo y avances realizados por el equipo de la NASA y Boeing al abordar los “factores de seguridad” de los paracaídas, un “sistema crítico de seguridad que ha sido rediseñado” y revisado de forma exhaustiva.
Se mostró optimista, pese a los retrasos y contratiempos de ingeniería, y dijo que la NASA y Boeing continúan “trabajando en el progreso hacia la prueba de vuelo con la tripulación”.
De hecho, subrayó, “hemos completado un 98 % las certificaciones para ese vuelo”, un requisito necesario de la NASA para empezar a operar vuelos regulares a la Estación Espacial Internacional (EEI).
Los equipos aeroespaciales, por otra parte, continúan trabajando en el software y cuentan con la revisión de equipos independientes para “asegurarse de que no queda por ahí nada por resolver”.
“En general, estamos haciendo un enorme progreso hacia el vuelo”, afirmaron.
El vicepresidente de Boeing y director del programa Starliner, Mark Nappi, resaltó el “esfuerzo impresionante realizado por ambos equipos” en la solución de los problemas detectados, especialmente el relativo al paracaídas, cuyas pruebas de caída podrían realizarse en noviembre próximo.
Para Joel Montalbano, gerente del programa de la EEI en la NASA, la nave Starliner “sigue siendo una alta prioridad” para el programa de vuelos al laboratorio espacial, que actualmente solo se realizan con naves de SpaceX.
“Tener un segundo proveedor de tripulación es muy importante para la agencia, la EEI y nuestros programas. Y eso es algo en lo que estamos trabajando arduamente para lograrlo”, resaltó Montalbano.
Preguntados por las fechas estimadas para la misión a la EEI, los expertos dijeron que, en caso de que se realice la prueba de vuelo de la tripulación en marzo próximo, pudiera ser que la misión vuele a la EEI en la segunda mitad de 2024 o 2025.
La tripulación de la misión está compuesta por los astronautas de la NASA Barry “Butch” Wilmore y Suni Williams.
Boeing recibió contratos para construir el Starliner por valor de 5.000 millones de dólares por parte de la agencia espacial, según la cadena CNBC.
El desarrollo del Starliner se enmarca dentro del programa de la NASA para utilizar vehículos desarrollados y operados por empresas privadas para realizar viajes a la EEI.
Las certificaciones de la NASA necesarias allanarán el camino a Boeing para convertirse en el segundo proveedor de vuelos tripulados y de carga a la EEI, tal como ya lo hace SpaceX en virtud a contratos millonarios con la agencia espacial estadounidense.
La prueba de vuelo de la nave tripulable CST-100 Starliner de Boeing despegará, aunque la fecha todavía no es firme, desde Cabo Cañaveral, en Florida.