Ciudad de México, 25 sep (EFE).- La XII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (XII BIAU) realizada este año en la Ciudad de México, busca reflexionar sobre las grandes preguntas que tiene que atender la disciplina en cuestiones sociales y rompe con el paradigma de la “alta arquitectura”, usual en este tipo de eventos.
“Lo que propusimos fue una Bienal diferente, para cambiar un poco el paradigma de lo que son las bienales de las grandes arquitecturas y la arquitectura de autor”, dice en entrevista con Efe Guillem Augé, uno de los curadores del XII BIAU y arquitecto corresponsable de UNDO.
El evento convocado por el Gobierno de España a través del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que premia lo más destacado de la arquitectura iberoamericana, este año puso en segundo plano la calidad y el diseño para priorizar en la responsabilidad social de la arquitectura frente a las diversas crisis por las que atraviesa la humanidad.
“Queríamos dejar de pensar en la calidad y el diseño como los únicos elementos o valores de los arquitectos -que estamos formados para ser elitistas y privilegiados- sino pensar realmente en que tenemos unas crisis consecutivas importantísimas medioambientales, sociales y económicas y hay que buscar qué impactos estamos haciendo y qué responsabilidad estamos teniendo al respecto”, ahonda Anna Verguer, curadora y también corresponsable de UNDO.
Durante nueve meses Augé y Vergés, estuvieron trabajando en la XII BIAU desde España a distancia con Raúl Cárdenas y Ana Martínez de colectivo Torolab, ubicado en Tijuana, en el norte de México.
Juntos revisaron más de 800 propuestas arquitectónicas de los últimos tres años, de las cuales fueron elegidas 84 como finalistas y finalmente 29 fueron premiadas.
Dichos 113 proyectos ahora se presentan en el marco del MEXTRÓPOLI 2022 en una muestra expositiva de triple cede bajo el lema “Habitar al margen”.
La exposición del Colegio de San Ildefonso reúne 85 propuestas finalistas y premiadas en las que destacan factores como la acción social, la gestión comunitaria, el urbanismo de género, proyección a la diversidad, entre otros.
La segunda sede, el Centro Cultural de España, presenta “Habitar al margen. Pilotos”, donde se muestran planes que trazan caminos posibles y replicables en diversas comunidades, que aunque no formaron parte de la convocatoria de esta edición, muestran un futuro optimista de la profesión.
Por último, la sede de Lago/Algo conjunta 22 proyectos y ofrece diversos formatos, proyecciones, instalaciones y espacios participativos que desde su transversalidad aportan mejoras sociales, medioambientales y económicas a los espacios y quienes los habitan.
“Uno de los intereses era no nada más mostrar esos objetos bellos sino, hacer preguntas y verlo como prácticas de procesos de arte contemporáneo participativo donde parte de la belleza era el cómo se hizo, cómo se logro”, comenta a Efe Raúl.
Entre los proyectos resaltan algunos como Comedores ALS en Venezuela, el Taller de Confección Comunitario Amairis en Colombia, así como publicaciones como “Convivir en la Amazonía en el Siglo XXI: Guía de planificación y diseño urbano para las ciudades en la selva baja peruana”, entre otros.
En ese sentido, Vergés resalta la importancia de la participación ciudadana en estos procesos que en ocasiones se han construido alejados de la opinión y necesidad de ciudadanos que habitan los espacios.
“Los arquitectos y los urbanistas nos equivocamos y todo el mundo tiene derecho a equivocarse, lo importante es hacerlo de forma consensuada con las personas y los beneficiarios y esto es importante por el tema de los tiempos políticos”, dice Anna.
La XII BIAU espera poder llegar a más espacios para seguir generando conversaciones, y según comenta Martínez hay posibilidades de que llegue a Baja California y Barcelona.
“Hay dos mundos en la arquitectura, los estudiantes son el futuro y ahora me parece que tienen esa necesidad por dar respuesta a eso”, finaliza Augé.