Washington, 3 abr (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, hablarán por teléfono este jueves, solo días después del ataque que acabó con la vida de siete cooperantes de World Central Kitchen (WCK), informó a EFE un funcionario estadounidense.
Será la primera llamada telefónica entre ambos líderes desde el 18 de marzo y se produce en un momento de especial tensión por el ataque israelí en la Franja de Gaza contra la organización que fundó en 2010 el chef español José Andrés para proporcionar alimentación ante desastres naturales y guerras.
Según la Casa Blanca, Biden tiene “el corazón roto” por el ataque, pero su Gobierno no ha modificado el apoyo que ha brindado a Israel desde el inicio del conflicto en Gaza tras del ataque de Hamás el 7 de octubre contra territorio israelí.
De hecho, la Administración está a punto de aprobar la venta de hasta cincuenta cazas F-15 fabricados en Estados Unidos a Israel, en un acuerdo valorado en más de 18.000 millones de dólares, de acuerdo a medios locales que citan a fuentes familiarizadas con el asunto.
El martes, mismo día del ataque, Biden habló por teléfono con José Andrés para trasladarle sus condolencias por la muerte de miembros de su ONG, uno de ellos un nacional estadounidense.
En un artículo de opinión publicado el miércoles en The New York Times, José Andrés afirmó que las muertes de los trabajadores humanitarios fueron el “resultado directo” de la política israelí en su guerra con Hamás.
Netanyahu admitió ayer la responsabilidad de Israel en ese ataque “no intencionado”, y el presidente israelí, Isaac Herzog, llamó anoche a José Andrés para disculparse por el incidente.
Según detalles del ataque logrados en exclusiva por el diario israelí Haaretz, un dron israelí llegó a disparar tres veces contra un convoy de WCK en la ciudad de Deir al Balah, en el centro del enclave, a pesar de que los vehículos estaban claramente marcados con el logotipo de la organización.
El informe preliminar del Ejército israelí, publicado ayer, concluye que el ataque contra el convoy humanitario no tuvo la “intención de dañar a los trabajadores” y se debió a una “identificación errónea”.
La Casa Blanca indicó este miércoles que Estados Unidos no realizará su propia investigación y confía en que el Gobierno israelí lleve a cabo una indagación “exhaustiva, completa y transparente” sobre el suceso. EFE
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