Washington, 28 sep (EFE).- En Estados Unidos unos 34 millones de personas, incluidos cinco millones de niños, padecen inseguridad alimentaria. Una situación que su presidente, Joe Biden, prometió hoy finalizar para 2030 y para lo que cuenta con la movilización de 8.000 millones de dólares públicos y privados.
La promesa fue hecha en la primera conferencia que se celebra en la Casa Blanca sobre Hambre, Nutrición y Sanidad desde 1969, año en que el mandatario republicano Richard Nixon se volcó con esa misma causa impulsando gracias a un encuentro similar legislaciones como la del Programa de Desayuno Escolar.
“Desde entonces, los avances en la investigación y la medicina nos han enseñado mucho más sobre nutrición y sanidad. Hoy convoco de nuevo esta conferencia porque creo que podemos usar esos avances para hacer de Estados Unidos una nación más fuerte y saludable”, sostuvo Biden.
En 2021, según datos del Departamento de Agricultura, el 10,2 % de los hogares del país sufrieron inseguridad alimentaria en algún momento a lo largo del año, un porcentaje similar al de 2020. Y en las casas con hijos menores de 18 años esa cifra se elevó al 12,5 %, aunque en algunos casos solo los adultos se vieron afectados.
La estrategia presidencial para reducir esos datos se asienta en tres pilares: facilitar el acceso de los ciudadanos a comida que mantenga a sus familias sanas, ofrecer la información necesaria para poder elegir dietas saludables e impulsar el ejercicio físico.
“La buena noticia es que ya hemos creado una buena base para esto”, apuntó Biden en una cita que cuenta con el chef español José Andrés como invitado final y que incluyó a senadores, representantes de ONG y de agencias estatales dedicadas a esta labor.
En cualquier país y en cualquier estado de Estados Unidos, añadió el presidente, si un padre no puede alimentar a sus hijos “nada más importa”.
En EE.UU., el estado más afectado es Misisipi: Una de cada seis personas, incluidos uno de cada cinco niños, pasa hambre, según datos de la organización Feeding America, que distribuye comida en esa zona.
La falta de trabajo y de comida sana es la culpa, apuntó a Efe Charles Beady, director ejecutivo de la Red de Comida de Misisipi, un banco de alimentos que opera en 56 condados y que en 2021 entregó 42,6 toneladas de comida, 12,6 más que el año anterior, consecuencia de la pandemia.
Organizaciones como la suya son parte de la solución, pero acabar con el hambre y la desnutrición requiere de un esfuerzo colectivo, advirtió. “Hacerlo es posible, pero es necesaria una voluntad nacional. Somos la nación más rica de la Tierra. Tenemos todo tipo de recursos. Es cuestión de arremangarnos y ponernos a ello”.
En la conferencia de este miércoles hubo promesas de fondos públicos y privados por valor de 8.000 millones de dólares, de los cuales al menos 2.500 se invertirán en empresas emergentes que ofrecen soluciones innovadoras contra el hambre y la inseguridad alimentaria y unos 4.000 a filantropía que mejora el acceso a comida nutritiva y que promueve opciones saludables.
Organizaciones como la Asociación de la Industria Alimenticia se comprometieron a movilizar a sus socios para que en 2023 donen 2.000 millones de menús a bancos de alimentos, y otras como la plataforma Google a lanzar nuevas herramientas que ayudarán a los estadounidenses a acceder a los servicios sanitarios y a los programas públicos de alimentos.
Warner Bros. Discovery suministrará 600 millones de menús de aquí a septiembre de 2023 a niños que padecen inseguridad alimentaria y la organización The Wave Foundation mejorará la coordinación entre productores y distribuidores para fomentar un sistema alimenticio más sostenible.
“Todo el mundo tiene un rol que jugar a nivel local, estatal, territorial y tribal. Y creo firmemente que el trabajo pendiente debería ser bipartidista. (…) Somos Estados Unidos. Nada nos supera cuando trabajamos juntos”, concluyó Biden.