Nueva York, 5 feb (EFE).- La autopsia a Robert Brooks, un preso afroamericano que fue golpeado brutalmente por funcionarios de una prisión de Nueva York en diciembre, determinó que su muerte fue un homicidio, según informó este miércoles la gobernadora Kathy Hochul, que exigió arrestos y acusaciones contra los responsables.
Brooks, de 43 años, murió el pasado 10 de diciembre por compresión del cuello y múltiples lesiones por impacto contundente, de acuerdo con la autopsia.
El hombre fue golpeado por los guardias mientras tenía las manos esposadas en la espalda, en la camilla de la enfermería del Centro Correccional Marcy, al norte del estado, a donde fue trasladado desde otro penal.
“El proceso legal debe avanzar rápidamente, presentar cargos penales y realizar arrestos. Los responsables de la muerte de Brooks deben rendir cuentas con todo el peso de la ley”, indicó Hochul en un comunicado tras conocerse el resultado de la autopsia.
La Fiscal general del estado, Letitia James, dio a conocer el 27 de diciembre el vídeo obtenido de las cámaras que portaban cuatro de los agentes e inició una investigación.
El documento, sin sonido, muestra cómo los guardias penales golpeaban y pateaban a Brooks mientras otros oficiales observaban sin hacer nada, además de dos enfermeras, que vieron lo que ocurría.
Las imágenes causaron indignación y reclamos de justicia para el reo, que murió al día siguiente de la paliza.
“El asesinato de Brooks fue horrible y conmocionó a todos los neoyorquinos”, afirmó la demócrata, que reivindicó rapidez en la obtención de justicia para la familia del hombre.
Diecisiete empleados del penal fueron suspendidos sin sueldo, incluidos las enfermeras, y uno renunció.
La familia de Brooks presentó una demanda en un tribunal federal por violar sus derechos civiles contra los oficiales involucrados contra el comisionado del Departamento de Corrección del estado, con miras a que se lleve a juicio a los 17 responsables.