Washington, 1 mar (EFE).- El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, opinó este miércoles que el Gobierno mexicano podría hacer “mucho más” para combatir el tráfico de fentanilo, una droga sintética causante de la mayoría de muertes por sobredosis en territorio estadounidense.
“Nos están ayudando pero podrían hacer mucho más. No tengo ninguna duda sobre esto”, declaró el titular del Departamento de Justicia durante una comparecencia ante el Senado estadounidense.
El fentanilo, un opioide sintético 50 veces más potente que la morfina y que se mezcla con otras drogas para potenciar su efecto, se fabrica en México a partir de precursores importados desde China y luego se trafica a Estados Unidos.
Garland consideró que Estados Unidos sufre una “horrible epidemia” de fentanilo, que mató a más de 100.000 estadounidenses el año pasado y que está “provocada” por los cárteles mexicanos de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación (CJNG).
“Los narcotraficantes que fabrican estas pastillas y las distribuyen a Estados Unidos son las personas más horribles que uno se puede imaginar”, declaró.
El fiscal general dijo que no se opondría a que el Departamento de Estado declarase a estas bandas como organizaciones terroristas, pero a su vez señaló que Washington necesita la colaboración del Gobierno mexicano para combatirlas.
Explicó que el Departamento de Estado tiene que calcular las “consecuencias” que tendría tomar una medida como esta y recordó que tanto el Cártel de Sinaloa como el CJNG ya han sido objeto de otro tipo de sanciones.
El expresidente de EE.UU. Donald Trump (2017-2021) barajó en su momento la posibilidad de declarar los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, algo a lo que se opone el Gobierno de México, que lo consideraría una violación a su soberanía nacional.
Garland explicó que la agencia estadounidense antidrogas (DEA) decomisó el año pasado suficientes dosis de fentanilo como para “matar a todos los estadounidenses”, y explicó que se está persiguiendo la venta de esta droga en la internet profunda.
Pero presionado por las preguntas de los senadores, el fiscal general admitió que el récord de muertes registrado el año pasado demuestra que la estrategia contra el fentanilo no está funcionando lo suficiente.