Miami, 28 nov (EFE).- Un joven floridano de 25 años acusado de haber matado a puñaladas y golpes a un matrimonio al que no conocía y de haber querido comer la cara del esposo tras el ataque no irá a la cárcel de por vida sino a un hospital psiquiátrico, gracias a un acuerdo entre la Fiscalía y la defensa.
Austin Harrouf, de 25 años, alegó locura al declararse no culpable de las muertes de John Stevens y Michelle Miishcon Stevens, de 59 y 53 años, respectivamente, quienes estaban en el garaje de su casa en Tequesta (Florida) cuando en agosto de 2016 el joven entró y los atacó sin motivo aparente.
El juez del caso, Sherwood Bauer, del condado Martin (este de Florida), aceptó la declaración de locura y el acuerdo de la Fiscalía y la defensa, que evitó la continuación de un juicio cuya vista oral comenzó este lunes.
Harrouf podía haber sido condenado a prisión perpetua sin derecho a libertad vigilada por las dos acusaciones por asesinato de los Stevens y por una por intento de asesinato de un vecino de los Stevens, Jeff Fisher, que se presentó en el lugar al oír los gritos de las víctimas.
Fisher sobrevivió a las heridas que le infligió Harrouf.
Antes del feroz ataque, Harrouff cenó con su familia en un restaurante de Júpiter (este de Florida), pero en un momento se levantó y se fue a casa de su madre, donde ella lo encontró y lo llevo de nuevo a la cena familiar, aunque discutió con su padre y abandonó otra vez el lugar, según quedó registrado en vídeos de seguridad.
Cuando la policía fue a casa de los Stevens alertada por los vecinos, Harrouf, entonces de 19 años y estudiante de la Universidad Estatal de Florida, estaba medio desnudo y mordiendo la cara de John Stevens.
Según los informes policiales, la policía solo pudo apartarlo del cuerpo de Stevens usando una pistola eléctrica, un perro adiestrado y la fuerza de tres agentes.
Harrouf dijo a los agentes que un demonio lo perseguía y estaba tratando de huir.
En la primera fase de la investigación tras los asesinatos, la policía manejó la tesis de que Harrouf había consumido una droga sintética conocida como “flakka”, pero no se halló en su sangre rastro alguno de esa sustancia.
Los médicos que testificaron antes de la fase oral del juicio en favor del joven dijeron que estaba en medio de un episodio psicótico “agudo” y se creía “mitad hombre, mitad perro” cuando atacó al matrimonio.
Algunos familiares de las víctimas presentes hoy en el juiicio expersaron su desacuerdo con la decsión del juez, según informan medios locales.
Harrouf permanecerá en la cárcel del condado Martin hasta que sea llevado a una instiución para enfermos mentales de la que no podrá salir si una orden judicial.