Washington, 12 oct (EFE).- No se ven muchas sonrisas en las reuniones anuales de Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial que se celebran en Washington, donde decenas de hombres y mujeres trajeados corren entre edificios de cristal mientras expertos de todo el mundo pintan una imagen sombría del futuro que nos viene.
Pero esta mañana algunos de ellos, atraídos por los pegadizos acordes setenteros de la canción de la serie “Wonder Woman”, se acercaban tímidamente a las puertas de la sede del FMI y se sorprendían al ver a su directora gerente, Kristalina Georgieva -más bien, a su imagen impresa en una figura de cartón-, vestida con el traje de la popular superheroína.
Entonces sí, muchos sonreían.
“KRISTALINA, HAZ MARAVILLAS”
La ocurrencia, obra del grupo activista Avaaz, buscaba llamar la atención sobre el papel que organismos como el FMI tienen para acelerar la transición a una economía verde que sirva para evitar las peores predicciones de la crisis climática.
“Kristalina, haz maravillas”, se leía en algunos de los carteles que los integrantes del grupo sostenían junto a la imagen editada de la directora gerente vestida de Wonder Woman.
“Ya hay un reconocimiento de la crisis que es importante, pero ahora tenemos que ver movilización de recursos, el dinero tiene que aparecer, y este es el momento para hacerlo”, explicó a EFE el coordinador de Política Pública en el Cono Sur de Avaaz, Emilio Spataro, en una entrevista.
La organización se movilizó este miércoles para pedir al FMI que acuda a la Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad que se celebrará en diciembre en la ciudad canadiense de Montreal.
Junto a la figura transformada de Georgieva, los activistas colocaron una imagen del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, a quien reclamaron un papel más activo para asegurar la presencia de jefes de Estado y de Gobierno en la reunión.
“La causa de la biodiversidad debe estar en los niveles más altos del debate político”, dijo por su parte el director de campañas de Avaaz, Oscar Soria.
Para apuntalar sus demandas, el grupo publicó este mismo miércoles un informe redactado por economistas, politólogos y expertos en biodiversidad, que estima que más de la mitad de la producción económica mundial -unos 44 billones de dólares- depende de que se mantengan los niveles actuales de diversidad biológica.
“No podemos seguir haciendo negocios como si el mundo no estuviera en crisis ambiental”, remarcó Spataro.
AÑOS DIFÍCILES
El FMI ha publicado esta semana diversos informes donde detalla sus proyecciones económicas para los próximos años.
En ellos, el organismo acreedor avisó de que vienen tiempos difíciles para la economía global, y que cerca de un tercio de las economías del planeta entrarán en recesión técnica en 2023, al encadenar dos trimestres seguidos de caída de su Producto Interior Bruto (PIB).
Pero incluso para los países que no entren en recesión, avisó el Fondo, la sensación será de contracción debido a la pérdida de poder adquisitivo y la política monetaria restrictiva de los principales bancos centrales para tratar de poner coto a una inflación desbocada.
En este contexto, el organismo pidió contención a los gobiernos para volver a una senda de reducción del déficit público, tras los años de necesaria política fiscal expansiva para evitar los peores impactos de la crisis económica derivada de la pandemia de covid-19.
El Fondo recordó, sin embargo, que las inversiones para fomentar una transición energética de la economía son necesarias si se quieren evitar daños mayores a largo plazo.