Ciudad de México, 6 oct (EFE).- Después de 21 meses al frente de la Secretaría (Ministerio) de Economía (SE), Tatiana Clouthier dejó este jueves el cargo en el Gobierno mexicano, quedando una silla vacía en las consultas alrededor del T-MEC e inconclusa la tan anhelada política industrial.
Clouthier (Culiacán, Sinaloa, 1964) llegó a liderar la política económica de México en enero de 2021, al reemplazar a Graciela Márquez Colin, quien ahora preside el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Clouthier, residente de San Pedro Garza García, en Nuevo León, considerado uno de los municipios más ricos del país, había rechazado años atrás un puesto en la administración pública mexicana.
Fue hasta 2021, que decidió apartarse de sus labores legislativas en el Congreso mexicano, donde se desempeñaba como diputada federal, abanderada por el partido oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Anteriormente, en 2018, fue la encargada de seducir a millones de votantes usando las redes sociales, donde se consiguió el sobrenombre de “Tía Tatis”, mientras lideró la campaña del hoy presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.
POLÍTICA INDUSTRIAL
A su salida de la SE, Clouthier aseguró que su oportunidad de sumarle al equipo estaba “agotada” y que pasaba al lado de la porra (tribuna) “a ser una más que trabaja por la patria, ya que la revolución de las consciencias no permite dejar involucrarnos en el quehacer del país”.
Cuando se presentó en el Palacio Nacional de la capital mexicana como la nueva ministra de Economía, Clouthier prometió ser el canal de comunicación entre los sectores público y privado.
Sus esfuerzos se concentrarían en desarrollar en México una política industrial, en medio de una necesaria recuperación económica tras el azote de la pandemia y que redujo el producto interno bruto (PIB) mexicano por encima de un 8 %.
Algunos empresarios, como el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Francisco Cervantes, se sorprendieron y reconocieron su trabajo como enlace con el sector privado.
El presidente de la Confederación de Cámaras Industriales de México (Concamin), José Abugaber reconoció particularmente que haya llevado el tema de una política industrial a la mesa de discusión pública.
Sin embargo, su trabajo estuvo más enfocado en resolver las disputas que surgían en materia económica bajo el Tratado comercial México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
DISPUTAS DIPLOMÁTICAS
La ahora exsecretaria destacó a la par de sus contrapartes norteamericanas, la representante comercial de EE.UU. Katherine Tai y la ministra de Pequeñas Empresas, Promoción de Exportaciones y Comercio Internacional de Canadá, Mary Ng, como una figura femenina en medio de la defensa e impulsa del empoderamiento de la mujer en el mundo.
Sus homólogas siempre destacaron la buena relación y comunicación alcanzada con Clouthier, quien fue la moderadora y enlace con los Gobiernos norteamericanos incluidos en el T-MEC.
La mexicana tuvo que lidiar con disputas por temas laborales por la falta de libertad sindical en empresas mexicanas, así como por la diferente interpretación de las reglas de origen para la industria automotriz.
Asimismo, por desmedidos incentivos fiscales a vehículos eléctricos en EE.UU. y en última instancia, contra las discrepancias de los Gobiernos de Canadá y Estados Unidos con respecto a las políticas energéticas impulsadas por el presidente López Obrador, y que benefician a las empresas estatales mexicanas Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE).
TRAYECTORIA
La exservidora pública mexicana inició su carrera política en el conservador Partido Acción Nacional (PAN), que abanderó en la década de 1980 como presidenciable a su padre, Manuel Clouthier.
Clouthier incluso llegó a ser considerada por el propio presidente López Obrador y el clamor de las redes sociales como posible candidata oficialista para las elecciones de cambio de presidente en México para 2024-2030.
Estudió Lengua Inglesa en el Tecnológico de Monterrey y Administración Pública en la Universidad Autónoma de Nuevo León, el estado más industrializado del norte del país.
Llegó por primera vez al Congreso mexicano desde la gestión del expresidente Vicente Fox (2000-2006), periodo en el que se desencantó del conservador PAN y decidió apoyar a López Obrador en contra de su desafuero en 2005, impulsado por Fox, entonces presidente de México.
En 2009, se presentó como candidata independiente a la alcaldía de San Pedro Garza García (Nuevo León), pero quedó en tercer lugar, y en 2012 apoyó públicamente la segunda y fallida campaña presidencial de López Obrador, a quien había conocido en una cena en 2006 y así llegó a 2018 como su jefa de campaña.