Los Ángeles, 30 sep (EFE).- Dos hermanos residentes de la frontera suroeste de Texas enfrentan cargos por disparar contra un grupo de migrantes, causando la muerte de un hombre y heridas a una mujer.
Michael y Mark Sheppard, ambos de 60 años, fueron arrestados la tarde del jueves, informó la Oficina del Alguacil del Condado de El Paso (Texas).
Los dos hombres enfrentan cargos de homicidio involuntario por el incidente ocurrido el martes pasado cerca de Sierra Blanca sobre la carretera Interestatal 10, a unas 25 millas(40 kilómetros) de la frontera con México, según información del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS).
El pueblo es conocido por tener un puesto de control fronterizo.
Los hermanos supuestamente detuvieron su camión cerca del poblado y dispararon contra un grupo de migrantes que buscaban agua en la carretera, detalló el DPS.
Un migrante murió en el lugar por los disparos y una mujer fue herida en el estómago. La migrante fue llevada a un hospital de El Paso.
Michael Sheppard había sido director del Centro de Detención de West Texas en Sierra Blanca.
Según la declaración jurada de un guardabosques de Texas obtenida por CNN, los migrantes viajaban por el desierto la tarde del martes y se detuvieron para beber de un depósito cuando se acercó un vehículo.
“El grupo se cubrió para evitar ser detectado. Luego, el vehículo dio marcha atrás y el conductor salió del vehículo. El conductor se apoyó en el capó del vehículo y disparó dos tiros con un arma de fuego contra el grupo. El conductor luego volvió a entrar al vehículo y huyó de la escena”, dice la declaración.
Las autoridades revisaron las imágenes de cámaras de vigilancia e identificaron un vehículo que coincidía con la descripción de los migrantes. Más tarde encontraron el vehículo en la casa de Michael Sheppard y corroboraron que era de su propiedad.
Este viernes la congresista federal Verónica Escobar, que representa a El Paso, dijo en una rueda de prensa que espera que el Departamento de Justicia de Estados Unidos “investigue esto como un crimen de odio”.
La demócrata pidió una vez más “a los republicanos que detengan su retórica antiinmigrante, racista y llena de odio que deshumaniza a los migrantes”.