Washington, 10 may (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó este martes que la inflación es su “máxima prioridad doméstica” en un discurso donde explicó su plan para reducir los precios, que no incluyó medidas nuevas, mientras se ve acosado por la críticas.
Biden habló desde la Casa Blanca sobre inflación en una intervención en clave electoral ante la proximidad de los comicios legislativos de noviembre próximo, donde es posible que los demócratas pierdan el control de ambas cámaras del Congreso.
“Nuestra economía ha pasado de estar en vías de recuperación a estar en movimiento y quiero que todos los estadounidenses sepan que me estoy tomando la inflación muy en serio y que es mi máxima prioridad doméstica”, dijo el mandatario.
Se espera que mañana, miércoles, se conozca el dato de inflación correspondiente al mes de abril, que los analistas esperan que sea igual o incluso más alto que el de marzo, cuando la tasa se situó en el 8,5%, la mayor desde 1981.
Biden apuntó que las dos causas principales de la carestía son la pandemia, que ha afectado a la cadena de suministros, y la invasión rusa de Ucrania que ha provocado un incremento de precios de la gasolina y de los alimentos.
El presidente hizo hincapié en que esos dos factores tienen una “naturaleza global”, con lo que han afectado a varios países.
Acto seguido enumeró las medidas puestas en marcha por su Gobierno para rebajar la inflación y apoyó la decisión de la Reserva Federal (Fed) de subir los tipos en medio punto, el mayor incremento en dos décadas.
Biden recordó, entre otros, su iniciativa de elevar los impuestos a los más ricos y las grandes corporaciones; así como su decisión de aumentar la producción nacional de petróleo y de liberar crudo de las reservas estratégicas nacionales para disminuir los precios de la energía.
En ese sentido, criticó a los republicanos por querer “aumentar los impuestos a las familias de clase media” y eximir a los multimillonarios y las grandes compañías, además de acusarles de no haber puesto sobre la mesa “ni una sola solución” para bajar los precios de la energía.
Biden se refirió de forma específica a los problemas en la cadena de suministro y aseguró que, así como ha sido capaz de solucionar algunas de esas dificultades, depende de la aprobación del Congreso para sacar adelante alguna de las iniciativas, y culpó de nuevo a los conservadores por bloquear sus propuestas.
El mandatario fue especialmente duro con los partidarios de su predecesor en el cargo el expresidente Donald Trump (2017-2021), todavía la figura más popular entre los republicanos, a quienes calificó de “ultras de MAGA”, en alusión a “Make America Great Again” (Hacer EE.UU. grande de nuevo), que fue uno de los lemas de campaña del exgobernante.
“Los estadounidenses tienen ahora una elección entre dos caminos que reflejan valores muy diferentes”, subrayó Biden.
Detalló que él propone una vía que aboga por reducir la inflación y hacer crecer la economía bajando los costes para los trabajadores, aumentando sus salarios, reduciendo el déficit y “haciendo que las grandes corporaciones y los estadounidenses más ricos paguen su parte justa”.
“El otro camino es el plan ultra de MAGA, presentado por los republicanos del Congreso para incrementar los impuestos sobre las familias trabajadoras”, alertó Biden, quien advirtió de que con los conservadores estarán amenazados programas de atención sanitaria como Medicare y Medicaid, y se beneficiará a los más ricos.