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Trump entra con fuerza en la campaña legislativa: “No seré silenciado”

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Managua, 3 sep (EFE).- El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, afirmó este sábado que el Ejército, la Policía y la “policía voluntaria” ayudaron a restaurar “la paz” en el país tras la revuelta popular que estalló en abril de 2018 por unas controvertidas reformas a la seguridad social y que dejaron cientos de muertos.

“Fue muy importante la combinación del Ejército resguardando los puntos estratégicos que ellos (manifestantes antigubernamentales) intentaban destruir”, dijo Ortega en un discurso previo a encabezar un desfile militar en saludo al 43 aniversario de la Fuerza Armada de Nicaragua.

Según Ortega, los manifestantes opositores, a los que tildó de golpistas, terroristas y criminales, “tenían como blanco los almacenes de medicamentos” en el marco de esas protestas, en la que, dijo, el Ejército cubrió “puntos estratégicos”.

El Ejército, según ha dicho su jefe, el general Julio César Avilés, protegió por orden de Ortega unos 200 objetivos estratégicos, entre ellos reservas de combustibles, alimentos, vacunas, plantas de generación y transmisión de energías, sistemas de comunicación, suministros de agua potable, aeropuertos y puertos.

EL PAPEL DE LA POLICÍA

En tanto, continuó el mandatario, la Policía Nacional que dirige su consuegro, Francisco Díaz, libró “una lucha heroica” durante esas manifestaciones, que el Ejecutivo califica como un intento de golpe de Estado.

Ortega sostuvo que durante el diálogo nacional que se instaló dos meses después que estallara la crisis, la contraparte condicionó su participación a que la Policía no saliera a las calles.

Según Ortega, “no se podía aguantar tanto crimen, no se podía permitir la destrucción de la economía, tenían trancada (bloqueada las vías) Centroamérica”, por lo que “no quedó más alternativa que la lucha, de acuerdo con la ley, con la Constitución”.

CRITICA A EMPRESARIOS

El líder sandinista también criticó a los empresarios por “aplaudir” las manifestaciones antigubernamentales.

“La oligarquía, que hasta ese momento había estado caminando en una gran alianza con el gobierno y los trabajadores, sencillamente, cuando se trató de ajustar el salario mínimo y los ingresos de la seguridad social, entonces rompieron” la alianza, reprochó.

Acto seguido, dijo, “se lanzaron en planes que ya venían premeditados, por presiones y amenazas que tenían del gobierno yanqui (Estados Unidos), que si no rompían la alianza con el gobierno sandinista les iban a aplicar las sanciones” a los empresarios.

Ahora, a juicio de Ortega, “hay alegría en Nicaragua” y “eso provocar amargura (…) en los que viven pidiendo que de una vez los yanquis destruyan la relación económica con Nicaragua”.

“Pero Nicaragua tiene relaciones económicas con todo el mundo y hemos establecido relaciones ahora con China, el país que ha tenido la economía de mayor crecimiento en la historia de la humanidad”, recalcó.

VALORAR A EJÉRCITO Y POLICÍA

A modo de reflexión, Ortega se preguntó: “¿qué sería Nicaragua sin esa paz recuperada?” y pidió valorar al Ejército y la Policía.

En abril de 2018, miles de nicaragüenses salieron a las calles a protestar por unas controvertidas reformas a la seguridad social, que luego se convirtieron en una exigencia de renuncia de Ortega debido a que respondió con la fuerza.

Las protestas dejaron al menos 355 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a 684 y el Gobierno reconoce 200.

Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde entonces, que se ha acentuado tras las elecciones generales del pasado 7 de noviembre, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.

Ortega, de 76 años, lleva 15 años y 5 meses consecutivos en el poder, en medio de denuncias de autoritarismo y fraude electoral.

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