Austin, 17 nov (EFE).- El Gobierno de Estados Unidos anunció este lunes la creación de un nuevo “grupo operativo” de Seguridad Nacional en el sur de Texas, tras una redada masiva en San Antonio donde arrestaron a más de 140 migrantes.
La iniciativa, que sería integrada por el FBI y el brazo de investigación de del Departamento de Seguridad Nacional, tiene como objetivo “combatir el crimen transnacional”, incluyendo carteles de drogas y pandillas, tanto dentro del país como “por fuera de las fronteras”, según indicó el FBI en un comunicado.
“Estamos dedicados a desmantelar los cárteles y las redes criminales responsables de la violencia, la trata de personas y el contrabando de drogas, con el objetivo final de proteger la seguridad de las comunidades a las que servimos”, indicó Alex Doran, agente especial del FBI en San Antonio, en el escrito.
En la redada del domingo, que sucedió sobre las 2 de la madrugada, las autoridades aseguran haber detenido a unas 140 personas de Venezuela, Honduras, México y otros “países latinoamericanos”.
El FBI y DHS aseguraron en el comunicado que el operativo tenía como objetivo irrumpir con la presencia del grupo criminal venezolano Tren de Aragua en la ciudad. Sin embargo, no entregaron hasta ahora más detalles sobre los detenidos, incluyendo si se presentaron cargos en su contra o si tenían antecedentes criminales.
Liliana Padilla, pastora de una iglesia metodista en San Antonio centrada en feligreses latinos, cuestionó en declaraciones a EFE la versión oficial, asegurando que en los últimos meses las autoridades han detenido a varias personas de la comunidad migrante sin antecedentes penales o causa aparente.
“Estos casos están aumentando y lo más triste es que es un proceso de mucha injusticia, porque no hay ningún referente de un crimen o una violación de la ley”, señaló Padilla.
La lideresa, además, expresó preocupación de que la creación de este nuevo grupo de trabajo sea la “antesala” de una operación federal a gran escala como las que el Gobierno Trump ha lanzado en ciudades como Chicago (Illinois), Washington D.C. o más recientemente Charlotte (Carolina del Norte).
Como parte de la promesa del Gobierno republicano de llevar a cabo la mayor campaña de deportaciones en EE.UU., Trump ha enviado a cientos de agentes federales a varias ciudades del país, gobernadas por la oposición demócrata y donde hay en pie políticas para proteger a la comunidad migrante.
Organizaciones como Human Rights Watch (HRW) han acusado al Gobierno de estar cometiendo abusos contra la población, por medio del arresto indiscriminado y “sin respeto por los derechos humanos” de personas migrantes o de origen latino.
En Chicago, solo 16 de más de 600 personas que fueron detenidas por el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (ICE) durante el operativo masivo que tuvo lugar en la ciudad y que permanecen bajo custodia del gobierno tiene antecedentes penales, según datos publicados este fin de semana por el diario local The Chicago Tribune.
El Gobierno de Trump, a su vez, ha sido señalado por diversas organizaciones de derechos humanos de señalar y detener a migrantes venezolanos como miembros del Tren de Aragua sin pruebas o antecedentes penales.


