Redacción Internacional, 19 sep (EFE).- El ecosistema mediático estadounidense, que el presidente, Donald Trump, ha puesto en su mira con amenazas hacia quienes vayan en su contra, se caracteriza por una alta concentración y polarización, que se ha visto exacerbada desde el regreso del republicano al poder el pasado enero.
La Corporación de Radiodifusión Pública (CPB), que se encarga de administrar la inversión del Gobierno federal en la radiodifusión pública, es quien financia de manera directa o indirecta a la radio pública NPR y a la televisión pública PBS.
Respaldaba, además, las actividades de más de 1.500 cadenas de radio y televisión públicas, administradas y operadas localmente en todo Estados Unidos, pero en agosto anunció un cierre gradual de sus operaciones debido a los recortes implementados por la Administración.
Esto deja en una situación de extrema debilidad a las estaciones locales públicas con pocas alternativas de financiación.
El poder mediático privado
Por su parte, los medios privados son los que dominan el mercado mediático estadounidense, según resume la Asociación estadounidense de Corresponsales Extranjeros.
La audiencia liberal/demócrata se decanta por medios como la CNN, The New York Times, PBS, NPR y NBC News, y en el lado conservador se alzan Fox News, el programa de Sean Hannity y las cadenas ABC News y CBS News.
Conglomerados como Comcast (dueña de NBCUniversal), Disney (propietaria de ABC) o Paramount Global (CBS) operan los principales canales, mientras que cadenas de cable como CNN, MSNBC y Fox News gozan igualmente de una gran influencia en la narrativa nacional.
Un estudio de la consultora CSIMarket refleja que Comcast Corporation acapara el 16,79 % de la cuota de mercado en el primer trimestre, por delante de The Walt Disney Company (12,65 %), Warner Bros Discovery Inc (5,2 %) y Fox Corporation (2,18 %). Por delante de todas ellas, no obstante, se ha impuesto la empresa Alphabet (51,37 %), la matriz de Google y propietaria de Youtube.
La consultora Nielsen detalla en su informe de agosto que los canales de streaming como Netflix o Prime Video acapararon las audiencias ese mes con un porcentaje del 46,4 %. Le siguieron los canales por cable (22,5 %) y las televisiones en abierto (19,1 %).
Según la revista Forbes, la conservadora Fox News se ha colocado este verano por encima de ABC, NBC y CBS como la cadena más vista. “No se trata solo de política, ni de actualidad pura y dura, ni de opinión, sino que es un todo”, ha afirmado su presidente, Jay Wallace, sobre ese liderazgo.
Retroceso de libertades y polarización
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) considera que tras un siglo de expansión de los derechos de la prensa en EE.UU., el país está experimentando su primer declive significativo y prolongado en la libertad de prensa en la historia moderna.
Esta semana, ABC canceló el 'late-night' de Jimmy Kimmel tras presiones del regulador FCC por sus comentarios sobre el asesinato del activista ultraderechista Charlie Kirk, y el propio Trump ha amenazado con retirar los permisos de emisión a los canales que le critiquen, alegando que la obtención de una licencia no les autoriza a ir en su contra.
Un estudio de la Universidad de Boston del pasado mayo reflejaba que el tono divisivo de las noticias por cable se ha convertido en la esencia de su atractivo: este tipo de periodismo refuerza la polarización porque “cuanto más consume una persona medios políticos, más distorsionada se vuelve su percepción del otro lado”.
Las noticias por cable, según resume ese informe, “son un negocio que funciona a base de índices de audiencia y publicidad y, para captar la atención del público, necesita ser atractivo”, por lo que “ha ido desdibujando cada vez más la línea entre la información y el entretenimiento”.