Washington, 8 ago (EFE).- El fiscal general de Texas, Ken Paxton, pidió este viernes al máximo tribunal del estado que expulse a 13 congresistas de la legislatura estatal como represalia por el boicot de la bancada demócrata a una propuesta de rediseño electoral presentada por los republicanos para beneficiar a su partido.
El recurso acusa a los legisladores de haber “abandonado sus cargos” y de estar llevando a cabo un “esfuerzo deliberado y concertado para paralizar toda la actividad legislativa”.
“Estos cobardes sabotearon deliberadamente el proceso constitucional y violaron el juramento que prometieron cumplir”, señaló Paxton en un comunicado.
La Constitución de Texas abre la posibilidad de romper el quórum al establecer que es necesaria la presencia de dos tercios de cada una de las cámaras para que se puedan llevar a cabo actividades oficiales.
Sin embargo, en 2021, después de que los legisladores demócratas intentaron una estrategia similar a la de ahora, el Supremo falló que la legislatura también puede buscar maneras para forzar a los congresistas a volver al hemiciclo.
Ese mismo año se aprobó una ley que para imponer multas de 500 dólares diarias a los legisladores que se salten una sesión para romper el quórum.
La demanda de Paxton llega días después de que el fiscal presentara otro recurso para expulsar al líder demócrata de la Cámara de Representantes estatal, Gene Wu, bajo un argumento legal similar.
Un grupo de unos 50 legisladores estatales demócratas de Texas mantuvieron este viernes un boicot a la propuesta de rediseño electoral presentada por los republicanos, mientras que el Gobierno estatal busca arrestarlos.
La Cámara de Representantes de Texas no consiguió el quórum suficiente, una vez más, para avanzar con la votación del primer borrador del mapa que busca beneficiar a los republicanos de cara a los comicios de 2026, cuando se renueva el Congreso de Estados Unidos.
Los legisladores demócratas decidieron abandonar el territorio el pasado domingo y hasta hoy permanecen en estados demócratas, como Illinois y Nueva York, que han prometido protegerlos.
La iniciativa promovida por el presidente Donald Trump es inusual ya que se da fuera del plazo usual de reconfiguración electoral, cada 10 años, conforme a la información de población que entregue el censo.
El Gobierno estatal, liderado por el republicano y aliado cercano de Trump, Greg Abbott, ha estado buscando esta semana diferentes estrategias de represalia contra los demócratas.
La legislatura estatal emitió órdenes de arresto civil -con validez solo en Texas-, el fiscal general abrió una investigación contra una organización de recaudación de fondos demócrata y un senador aseguró que el FBI está apoyando a “ubicar” a los congresistas.
El conflicto ha generado polémica a nivel nacional y la posible intervención de la agencia federal amenaza con escalar las tensiones en un país políticamente polarizado y con un Gobierno que desdibuja los límites entre las ramas del poder.