Ciudad de México, 27 jul (EFE).- Hace tres años, Katya Echazarreta se convirtió en la primera mexicana en viajar al espacio a bordo de un cohete de Blue Origin, hazaña que la hizo referente en su país, donde hoy impulsa una “reforma en materia espacial” para regular la industria y aprovechar el potencial del ‘New Space’, modelo originado por empresas de tecnología espacial.
La astronauta explica a EFE que México tiene la oportunidad, por primera vez en la historia, de beneficiarse de este novedoso fenómeno, que deja atrás “los esquemas” del llamado ‘Old Space’, el cual es controlado por agencias espaciales gubernamentales.
Bajo este previo modelo, detalla, si México quería participar en la industria espacial podía “desarrollar todo desde cero porque la tecnología es propiedad de los gobiernos”, o “generar algún convenio con otra agencia de gobierno”.
Aunque, acota, “en muchos casos, no te dan la prioridad al menos de que tengas el recurso”, dijo, como ha ocurrido durante años en la colaboración entre la Administración Nacional de Aeronáutica de Estados Unidos y el Espacio (NASA, en inglés) y la Agencia Espacial Europea (ESA).
El concepto de ‘New Space’, explica, emerge como respuesta a la creciente demanda de acceso al espacio por parte de empresas privadas -como las estadounidenses SpaceX, Blue Origin o Virgin Galactic- con el objetivo de innovar, reducir costos y acelerar el desarrollo de tecnologías espaciales.
Ante la “muy complicada” relación de EE.UU. con México y “todo el mundo”, afirma que la alternativa es comenzar este desarrollo espacial con el apoyo de las compañías que “se están dedicando a esto” y que no tienen las mismas reglas que el Gobierno de Estados Unidos de “únicamente trabajar con ciudadanos de esa nación y sus aliados”.
Regular la industria

Echzarreta advierte que, para dar ese paso, una de las “prioridades” de la Agencia Espacial Mexicana (AEM) -con la que ha sostenido mesas de trabajo junto a la coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización (Caderr), Altagracia Gómez- es fundamental la aprobación de la “reforma en materia espacial”, pendiente de aprobación en la Cámara de Senadores mexicana.
“Estamos buscando regular la industria aeroespacial en México, no podemos tener lanzamientos desde nuestro propio país y eso es por falta de regulación”, señala.
Explica que lo que se ha visto actualmente es que los países que participan en estas actividades están regulando sus propias tierras “pero no están preocupándose por lo que sucede aquí”.
Y es que los lanzamientos de cohetes en la zona fronteriza de Tamaulipas por la empresa del magnate Elon Musk, han generado impactos ambientales y riesgos en materia de seguridad -especialmente tras la explosión ocurrida el pasado 18 de junio-, lo que llevó al Gobierno mexicano a preparar una demanda contra SpaceX.
“Lo que está sucediendo es que el resto del mundo reconoce el valor de México dentro de la industria espacial menos México. Y desafortunadamente cuando no reconocemos nuestro propio valor es muy fácil que se aprovechen de nuestros recursos y lo que tenemos aquí”, considera la científica.
Echazarreta espera la aprobación de la reforma este año para continuar con las “leyes secundarias”, para así regular no solo los lanzamientos, sino la zonas permitidas para estos “y las protecciones para el medio ambiente”.
También, dice, se debe aclarar la colaboración entre México y EE.UU. ya que la frontera “se está convirtiendo en una zona muy importante” para los estadounidenses.
Para la experta, este marco regulatorio también diversificará la industria, ya que hasta ahora ha sido “casi exclusivamente de manufactura”, un rasgo que comparte con la industria automotriz, y que podría repetirse en el sector aeroespacial “si no tenemos cuidado”.
Katya Echazarreta destaca que el proyecto para liderar la primera misión latinoamericana en el espacio, programada para 2027, sigue en pie, según lo declarado el año pasado por la presidenta de México, Claudia Sheinbaum.
