Washington, 17 ago (EFE).- Tres legisladores demócratas han pedido al Gobierno respuestas después que un periódico en Arizona reveló que agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) han incautado turbantes y otros símbolos religiosos del sijismo.
“Nos alarman los informes repetidos de que a las personas se les fuerza, de manera indiscriminada, a abandonar sus artículos religiosos y otras posesiones que, en muchos casos, son echados a la basura”, indicó la carta enviada a CBP.
En la carta, los representantes federales Joaquín Castro, de Texas; Raúl Grijalba, de Arizona, y Judy Chu, de California, indicaron que en algunos sectores de operaciones de CBP son confiscados de forma rutinaria los turbantes y otras pertenencias de los sijs que piden asilo.
Entre enero y julio de este año la Unión Estadounidense de Libertades Civiles de Arizona (ACLU) y otros grupos asociados han documentado 65 confiscaciones de turbantes efectuadas por CBP, así como la confiscación de su hijab a una mujer musulmana.
Amrith Kaur Aakre, directora de la Coalición Legal Sij, dijo que “hasta hace apenas pocos días los migrantes sijs seguían siendo maltratados en la frontera sur”.
Los legisladores dieron en su misiva un plazo hasta el 6 de septiembre al director de CBP, Chris Magnus, para que la agencia explique qué acciones ha tomado para asegurar que sus agentes no confisquen o desechen artículos religiosos, incluidos los turbantes.
Jonathan Blazer, director de Estrategias de Frontera en ACLU, dijo que su organización ha bregado “por años contra este tipo de maltrato de los migrantes”.
“Es claro que el comportamiento de cada agente, las políticas de la agencia y la cultura en el sitio de trabajo deben cambiar”, añadió.
El sijismo es una religión de origen indio con alrededor de 30 millones de fieles en todo el mundo, cuyo código de conducta prescribe para los hombres el uso de turbante y para las mujeres un turbante o un velo tradicional para cubrir el cabello.