Nueva York, 11 ago (EFE).- La organización animalista Gente para el Tratamiento Ético de los Animales (PETA, en inglés) pidió este jueves a las autoridades de Nueva York investigar el maltrato de un caballo utilizado en uno de los carruajes para turistas que recorren Central Park, que se desplomó ayer en la calle.
Los medios locales se hicieron eco de que el caballo, llamado Ryder, se desplomó por la tarde en una zona cercana al parque y el conductor del carruaje le pegó repetidas veces instándole a levantarse mientras los viandantes se lo recriminaban, pero el animal no tenía fuerzas y acabó recostado en el asfalto.
Según The New York Post, después llegó un dispositivo policial que refrescó al caballo con agua y finalmente se lo llevó en un vehículo especial, mientras que el conductor se fue del lugar cargando a pulso el carruaje.
La directora de PETA, Ashley Byrne, señaló en un comunicado que el caballo estaba “enfermo”, trabajó a altas temperaturas y permaneció en el suelo durante una hora sin recibir atención veterinaria mientras el conductor “le pegaba, azotaba y gritaba repetidamente para que se levantara”.
“El comercio de carruajes con caballo de la ciudad lleva años plagado de quejas sobre maltrato y sobrecarga de los caballos, y PETA llama al equipo de investigaciones de crueldad animal del NYPD (Policía de Nueva York) a abrir una investigación criminal sobre este incidente”, agregó la activista.
Según dijo a los medios el sindicato de Trabajadores del Transporte (TWU), que engloba a los conductores de los carruajes, ese caballo padecía una enfermedad neurológica derivada de los excrementos de las zarigüeyas, por lo que pidió prudencia antes de “juzgar” a los caballos y los trabajadores del sector.
PETA protestó este jueves ante el Ayuntamiento para reivindicar que se apruebe una ley que prohíba los carruajes de caballos y los sustituya por otros eléctricos “que no fuercen a los caballos a trabajar duro por el turismo”, una medida que está en consideración y apoyan otros grupos animalistas locales.
Los carruajes con caballo, que dan trabajo a unas 200 personas, han sido objeto de debate durante décadas, con algunos alcaldes a favor, como Mike Bloomberg, y otros en contra, como Bill de Blasio, mientras que el regidor actual, Eric Adams, no se ha pronunciado públicamente sobre el asunto.