Washington, 12 feb (EFE).- El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó este miércoles una orden ejecutiva titulada “Una voz para las relaciones exteriores de Estados Unidos”, cuyo objetivo es centralizar en su figura las decisiones de política exterior y establecer sanciones para los funcionarios que no acaten sus directrices.
El decreto busca, en la práctica, expandir los poderes que la Constitución otorga al presidente como comandante en jefe y principal negociador en asuntos diplomáticos. No obstante, esta también concede importantes competencias al Congreso en materia de política exterior, como la aprobación de fondos y el poder exclusivo de declarar la guerra.
El documento establece que todos los funcionarios, desde el secretario de Estado de EE.UU., cargo que actualmente ocupa Marco Rubio, hasta los diplomáticos de menor rango, deben obedecer las órdenes del mandatario y ejecutar su visión de política exterior, que Trump ha bautizado como “Estados Unidos Primero”.
Si no implementan sus órdenes, eso será motivo de sanciones profesionales, incluida la destitución, señala el texto del decreto.
Además, la orden otorga al secretario de Estado la autoridad para llevar a cabo una “reforma” del servicio exterior, modificando los procesos de contratación, evaluación del desempeño y estándares de retención de personal, con el fin de asegurar que la plantilla esté “comprometida con la implementación fiel de la política exterior del presidente”.
Desde que asumió la presidencia el pasado 20 de enero, Trump ha emitido varias órdenes ejecutivas para ampliar el poder del Ejecutivo. Hasta ahora, no ha encontrado gran oposición en el Congreso, ya que los republicanos controlan ambas cámaras, pero algunos jueces han cuestionado la legalidad de sus acciones, lo que ha dado lugar a litigios en curso.