Madrid, 12 feb (EFE).- El 12 de febrero del año 2021 el CB Prat anunciaba oficialmente la llegada de un nuevo fichaje, el dominicano Andrés Feliz, al que definía como “un hábil e inteligente base que muy probablemente contribuirá a disminuir los problemas que el equipo sufre actualmente en esta posición”.
![Andrés Feliz (Santo Domingo, República Dominicana, 1997) disfruta de sus primeros meses en el Real Madrid, al que le ha llevado su rápida progresión en el baloncesto español. En una entrevista con EFE ha hablado de su adaptación, la competencia en el puesto de base y de la Copa del Rey que ahora afronta con su equipo. EFE/Mariscal](https://i0.wp.com/holanews.com/wp-content/uploads/2025/02/rss-efeecb1ff3b50a6a3690f812778fe03d9f4e87752fbw.jpg?fit=1920%2C1280&ssl=1)
Ese jugador, que entró al baloncesto europeo de forma discreta después de haber sido el máximo anotador del Mundial Sub-19 de 2015 celebrado en la ciudad griega de Heraklion, forma hoy parte de la primera plantilla del Real Madrid.
“Es un proceso de mi vida profesional. En mi primera experiencia llegué al Prat, donde se me brindó la primera oportunidad. Y gracias a Dios lo hice bien. Estuve ahí cuatro o cinco meses y es un excelente club, creo que sin ese paso ahí no hubiera estado aquí hoy”, explicó a EFE en una entrevista justo cuatro años después de que se hiciese oficial esa incorporación al conjunto catalán.
Para su aterrizaje fue clave Dani Miret, por entonces técnico del equipo y ahora al frente del Joventut de Badalona, en el que también le dirigió a finales de la pasada campaña antes de fichar por el club madridista. Pero tampoco se entiende su éxito sin la aparición de Montserrat, una mujer viuda que le acogió en su casa durante los primeros meses en España.
“Seguimos en contacto. Ha sido una gran persona que me ha ayudado siempre. Incluso fue, yo diría, la primera persona que vio que podría seguir escalando y estar en un club grande como estoy hoy. Siempre le estoy agradecido”, señala Feliz al ser preguntado por aquella experiencia.
“Estoy siempre agradecido a cada persona que me ha brindado la oportunidad y que ha creído en mí. Yo creo que eso también significa mucho, aparte del trabajo que también tengo que hacer yo. Que te brinden la oportunidad y que te den la confianza desde el primer segundo que te ven, sin conocerte y sin nada, es bastante de agradecer. A Miret y a Montserrat siempre se lo agradezco cuando puedo y me gusta que se sientan parte también del jugador que soy hoy”, indicó.
Entre todos facilitaron el rendimiento de un talentoso director de juego que no siempre tuvo las mejores cartas en la mano, empezando por su infancia en uno de los barrios más complicados de Santo Domingo, el de Guachupita.
“Si no fuera por el baloncesto”, señala, “no sé decir dónde estaría hoy. Podría ser una persona común y corriente, o quizá hubiera perdido mi vida, no lo sé. Por eso siempre le doy las gracias al baloncesto de que me haya dado la oportunidad de estudiar, de viajar, de conocer cosas…”.
“El barrio es duro, pero también hay grandes personas. También de allí han salido grandes deportistas, grandes personas que no son tan famosas alrededor del deporte… Uso a mi favor lo que me ha brindado el barrio; el corazón, el aprovechar las oportunidad cuando se te brindan… de eso siempre estaré agradecido. Allí he vivido muchos momentos duros. No puedo decir uno específicamente, pero han sido bastantes”, indica.
Feliz afirma que lo experimentado allí lo nota “en la dureza de ser uno mismo, de no rendirse nunca”. “Habrá momentos altos y bajos, pero cuando estés en los bajos hay que seguir creyendo. Yo creo que eso es lo que he aprendido, esa es la enseñanza que me ha dado mi barrio, que peor que ahí no lo voy a tener”, agrega.
Al final, su buen desempeño con el balón naranja le llevó a Estados Unidos, pero en el peor momento posible: “Después del Mundial, cambió todo. Fui a la universidad en Estados Unidos y fue interrumpida por la pandemia. De ahí también mi llegada al Prat. Fue un momento muy difícil porque obviamente tú te piensas que puedes seguir escalando o ir hacia un destino y por el camino te encuentras con otro. Estoy agradecido de que este fuera mi camino, el Prat, el Joventut y luego el Real Madrid. Lo agradezco cada día y sigo trabajando y esforzándome para ser un mejor jugador y una mejor persona”.
“Cambió todo. Cerraron las universidades, no hubo más baloncesto. Muchas familias lo vivieron con dificultad también. Para mí fue tratar de sobrevivir a eso y también estar enfocado en lo del baloncesto, dar el primer paso al profesionalismo. Ese proceso también fue importante y fue clave, mantener la esperanza de que yo sí podía jugar como profesional a pesar de la mala experiencia que tuvimos alrededor del mundo”, recuerda.
Quizás ahí se bifurcó un camino que podía haberle llevado a la NBA. Pero él es tenaz y no descarta que algún día eso llegue: “No lo sé. Yo trato de vivir y enfocarme en lo que tengo enfrente. Ahora mismo es esto, y estoy súper agradecido. Tengo que seguir esforzándome tratando de ser mejor jugador y ser mejor persona cada día. Y, si se me brinda la oportunidad, sí que la aprovecharé”.
“Pero, mientras tanto… No es que haya perdido el sueño, ni me haya cerrado la puerta, ni nada; simplemente que me gusta tener asegurado lo que tengo delante. Ahora mismo es el Real Madrid, y estoy muy agradecido y tratando de hacer mi mayor esfuerzo para seguir escalando”, subraya.
Carlos Mateos Gil