São Paulo, 11 feb (EFE).- La industria siderúrgica brasileña defendió este martes “la apertura de un diálogo” entre los Gobiernos de Brasil y Estados Unidos para suspender los nuevos aranceles anunciados por el presidente Donald Trump a las importaciones de acero y aluminio.
El Instituto Acero Brasil, que representa a las empresas del sector, afirmó en una nota que el nuevo gravamen del 25 % sobre los productos de acero brasileño “no será beneficioso para ninguna de las partes”.
El gremio expresó que “recibió con sorpresa” la decisión de Trump, quien el lunes firmó dos órdenes ejecutivas para imponer gravámenes arancelarios del 25 % a las importaciones de aluminio y acero, sin excepciones.
La medida afecta principalmente a Canadá, Brasil y México, que suministran la mitad del acero que importa EE.UU.. En el caso de Brasil, casi la mitad de las exportaciones de acero tienen como destino el mercado estadounidense.
En este marco, el Instituto Acero abogó por volver al acuerdo firmado en 2018 durante el primer mandato del empresario republicano (2017-2021).
Entonces, Trump estableció igualmente un gravamen del 25 % para el acero importado, pero algunos países consiguieron negociar un acuerdo para flexibilizar dicha medida, entre ellos Brasil.
El país suramericano logró en aquella época fijar una cuota de exportación para el mercado estadounidense de “3,5 millones de toneladas de placas y 687.000 toneladas de laminados”.
“Es importante destacar que la negociación de 2018 sirvió no sólo al interés de Brasil, en preservar el acceso a su principal mercado externo de acero, sino también los intereses de la industria norteamericana”, una vez que esta no dispone de la oferta suficiente para atender su propia demanda, apuntó la nota.
El Instituto Acero recordó que el mercado brasileño “también viene siendo asolado por el aumento expresivo de importaciones de países que practican una competencia predatoria, especialmente de China”, frente a lo cual solicitó al Gobierno de Brasil tomar medidas de defensa comercial.
En este contexto, garantizó que “no existe la posibilidad” de que el acero de terceros países importado por Brasil acabe en Estados Unidos.
En la misma línea, la Asociación Brasileña del Aluminio (ABAL) afirmó que los nuevos aranceles pueden provocar “una tendencia al alza de los precios regionales”, “realinear las cadenas de suministro mundiales y modificar los flujos comerciales tradicionales”.
“Este escenario refuerza la necesidad de ampliar las discusiones sobre el fortalecimiento de los instrumentos de defensa comercial y la recalibración de la política arancelaria nacional”, señaló.
El Gobierno brasileño aún no se ha pronunciado oficialmente al respecto, aunque el presidente Luiz Inácio Lula da Silva dijo recientemente que responderían con “reciprocidad” si se vieran afectados por los aranceles de Trump.