Ciudad de México, 2 nov (EFE).- La tradicional Corrida de Día de Muertos en Morelia, Michoacan, en el occidente de México, finalizó sin apéndices para el español Juan Ortega, mientras que el mexicano Joselito Adame cortó dos orejas y su paisano Isaac Fonseca una en el tercero.
Se registró tres cuartos de entrada. Al final de esta edición se toreaba el último del encierro.
Noche de toros sin casta y público con ganas de celebración marcaron la presentación del sevillano.
Su primer toro fue un manso que rehuía a la pelea, rascaba la arena y salía suelto de los engaños. El animal peleó en la vara debido a que le taparon la salida y recibió dos puyazos, uno trasero y otra en el sitio.
Ortega, ya con la tela corta, apostó por quedarse parado e intentó hacer su afamado toreo de gesto lento y postura vertical pero le costó sujetar al descastado de Peñalba.
Sobresalió sacando al toro a los medios con tersura y en unos molinetes en el terreno de las tablas con su particular estética.
También buenos instantes en una tanda obligando en el terreno de tablas. Mató de pinchazo, estocada y descabello.
Fue aplaudido por su presencia el quinto reglamentario. El toro con más cuajo del festejo.
Derrotaba de salida. A pesar de ello, pudo torear a la verónica con calidad.
Buen puyazo del picador español que solo escucho por ello tibias palmas. Mal tercio de palitroques. Con la muleta de Ortega se vieron notables doblones de inicio.
Buenas tandas de derechazos al inicio de la faena del español quien dejó muestras de su torería en los intentos de lidiar al natural.
El toro decididamente salía contrario y el sevillano debió ir tras él constantemente. Mató de dos pinchazos y estocada entera.
Para el mexicano Joselito Adame fue el triunfo con su segundo del encierro. Otro toro muy pobre por delante y muy débil.
De inicio parecía que no ocurriría nada en la lidia. En el segundo tercio, el matador pidió los palos e invitó a parear a Héctor y Fernando García, que clavaron con acierto al igual que Adame.
Con la muleta, derechazos de mano muy alta fueron metiendo el endeble ejemplar en la muleta, y Adame poco a poco se hizo de la embestida y hasta pudo bajar la mano.
Con una fea labor agarrándose de los cuartos traseros y realizando desplantes fuera de lugar ante la falta de casta y presencia del toro enardeció al bullanguero público que, tras matar Joselito de estocada caída, pidió con fuerza las dos orejas.
Antes de los dos apéndices el veterano diestro toreó muy en paralelo a una res que aparentaba edad pero tenía más kilos que presencia.
Con la muleta el toro empleó acometividad en las primeras tandas. Adame descubrió sus virtudes por el lado izquierdo para después lograr una buena tanda de derechazos.
El mexicano parecía desentenderse de la pulsión de los aficionados por pedir música, pero más adelante, al son de la pelea de gallos, su trasteo devino en molinetes y pases por alto. Mató de pinchazo, estocada y dos descabellos.
La oreja de Fonseca pertenecía a un toreo de muy pobre presencia pero con algo de genio.
Aunque faltó de recorrido le permitió un buen recibo por verónicas y media mirando al tendido.
Atendiendo a la necedad de la gente de no picar a los toros con sonoras pitas desde que asoman los picadores, Fonseca solicitó un breve puyazo a Carlos Domínguez que fue aplaudido.
Dos pares de Gerardo Angelino que saludó en el tercio.
Intentó brindar Fonseca con una arenga, muy en su estilo, sobre la amenaza de prohibición de los niños en los toros, pero la gente no hizo silencio.
Con la muleta Isaac instrumentó una faena derechista sobre pies en la primera porción de la misma, mezclada con detalles muy para el tendido como mirar a hacia arriba y pedir uno de los himnos locales, “Juan Colorado”. Cuando terminó la música, Isaac logró una buena tanda de derechazos de trazo corto y mano muy baja antes de torear por alto y matar de estocada entera perpendicular efectiva.
Recibió un premio por ello.