Houston (Texas), 25 oct (EFE).- Cuando la Corte Suprema de Estados Unidos emitió un histórico fallo para proteger el aborto a nivel nacional, Bernandine Gatling tenía 16 años. Durante el resto de su adolescencia y la mayor parte de su vida adulta, las personas en Texas tenían “el derecho” de terminar el embarazo si así lo deseaban.
Hoy, más de 50 décadas después, Gatling hizo fila por horas bajo el abrasador sol de Houston para darle su apoyo a la vicepresidenta, Kamala Harris, la candidata demócrata a la presidencia, con la esperanza de que devuelva a las personas en todo el país el acceso al aborto.
“Se siente como si quisieran volver a los tiempos de la esclavitud; quieren arrebatarnos el privilegio de tomar nuestras propias decisiones y someternos”, dijo la mujer, de 67 años, a EFE.
Texas es uno de los 21 estados en el país que han pasado leyes para criminalizar el aborto, después de que el Supremo derogó en 2021 el fallo Roe contra Wade.
Desde entonces, la prohibición en el estado sureño ha traído duras consecuencias: en los primeros 9 meses desde que se criminalizó el aborto, Texas vio un aumento de unos 100.000 nacimientos, según un estudio de la Universidad John Hopkins publicado el año pasado.
A su vez, la restricción también ha sido vinculada a un aumento en la tasa de mortalidad infantil en el estado: con un incremento del 12,9% en 2022 en comparación con el 2021.
“No debería ser algo en discusión”
Acompañada de su mejor amigo del bachillerato, Hailey Wyatt esperó bailando la salida de Harris al escenario en el centro de eventos Sheell Stadium.
Alrededor de ella, cientos de personas cantaban a todo pulmón canciones de los raperos Usher, Sexxy Red y de Beyoncé, quien se espera dará esta noche un espaldarazo a Harris desde el escenario.
A sus 19 años, Wyatt ya tiene decidido que buscará un trabajo como fiscal. Sin embargo, la falta de acceso a los derechos reproductivos en su estado le causa una “gran preocupación”.
“Si me llegara a encontrar (en embarazo) y no pudiera cuidar de ese niño porque no tengo los medios para ello, acabaríamos los dos en bancarrota y sin hogar”, contó la joven a EFE.
Para ella, la promesa de la candidata demócrata de restaurar el derecho al aborto a nivel nacional es la motivación más grande para acudir a las urnas este próximo 5 de noviembre.
Harris ha insistido en que presionará al Congreso para que promulgue una ley protegiendo este procedimiento; sin embargo, los demócratas necesitarían el apoyo de congresistas republicano u obtener una mayoría en ambas Cámaras para poder lograrlo.
En un país cada vez más polarizado, y ante unas ajustadas elecciones donde también se renovará parte del Senado y la Cámara de Representantes, ambos escenarios se vislumbran complicados.
El expresidente y candidato republicano Donald Trump (2017-2021), por su parte, ha prometido vetar una prohibición nacional al aborto, pero celebra la decisión de revocar Wade, la cual se consiguió gracias a que su Gobierno logró instalar una mayoría conservadora en el Supremo.
Una “inspiración sobrecogedora”
Es la primera vez que Gatling -jubilada hace varios años después de hacer carrera como trabajadora social- asiste a un evento político y decidió hacerlo ante la “abrumadora emoción” que le genera la candidatura de Harris.
Como afroamericana, relató, el hecho de que Harris tenga la posibilidad de convertirse en la primera mujer en alcanzar la presidencia la llena de orgullo.
“Es una gran oportunidad para las mujeres negras jóvenes y para las personas negras en general. Me emocioné cuando Obama fue elegido, pero tener a una mujer, es algo completamente distinto”, subrayó Gatling, vestida con una camisa con la cara de Harris y decorada con los colores de la bandera estadounidense.
Wyatt, también afroamericana, se siente inspirada por los logros de la vicepresidenta y espera seguir sus pasos: “Me da ánimos, ver hasta donde ha llegado ella”.