Nueva York, 26 jul (EFE).- La ciudad de Nueva York está enfrascada en reparar “la injusticia” que cometió el planificador urbano Robert Moses, una de las personas más poderosas e influyentes en la historia de la ciudad, que priorizó la construcción de autopistas que dividieron a barrios y que impidió el acceso de muchos a la costa del río Harlem, que separa los condados de Manhattan y El Bronx.
Uno de los proyectos claves, que esta en etapa de escuchar la opinión del público, son las siete millas de ruta verde que conectará la isla de Randall en Manhattan con el parque Van Cortland en El Bronx, el segundo más grande de Nueva York.
El congresista Adriano Espaillat encabezó hoy, por tercera ocasión, junto a un grupo de activistas ambientales y el comisionado de Transporte de Nueva York, Ydanis Rodríguez un viaje en barco a través del río Harlem, desde la parte norte de la ciudad, para evaluar qué proyectos será necesario desarrollar para que los vecinos tenga acceso a más zonas verdes y a la costa fluvial, comentó a EFE.
Espaillat identificó entre esos proyectos un desarrollo de vivienda privado en la costa del río, en el sector del Alto Manhattan. Por ahora, explicó, están escuchando a los desarrolladores para evaluar que sea “un proyecto amigo de la comunidad”, que le dé acceso al agua y que incluya varias unidades para personas de escasos recursos.
Otro proyecto es la propuesta de un desarrollador privado para un taxi acuático, que viajaría desde la calle 125 en la parte baja de Manhattan hasta la marina al norte de ese condado, una zona de gran atractivo donde además se han establecidos varios restaurantes. El estudio de impacto ambiental lo realiza la Universidad de Columbia.
Rodríguez explicó que el proyecto para unir Manhattan y El Bronx “es uno de los más ambiciosos” que ha propuesto la Administración del alcalde Eric Adams, que lo anunció el pasado mayo.
La ruta abarcará siete millas y conectará la isla Randall en el extremo sur de El Bronx con el parque Van Cortlandt en el norte, con áreas verdes para caminar, y un corredor para ciclismo de norte a sur.
El proyecto representa un importante esfuerzo para reconectar comunidades divididas por carreteras, y corregir “errores del pasado”, centrándose en la autopista Major Deegan, que ha cortado el acceso de los habitantes de El Bronx a la ribera del Harlem desde la década de 1930, según indicó el alcalde al hacer el anuncio.
De acuerdo con Rodríguez, están en el proceso de escuchar a las comunidades antes de dar paso al proyecto, que costará “cientos de millones”.
Destacó que “la construcción de autopistas como el Deegan fue la injusticia que cometió Moses (1888-1981)” y es uno de los proyectos “que busca (restaurar la) justicia ambiental”.