Washington, 19 jul (EFE).- Estados Unidos incluyó este martes a Bielorrusia en su “lista negra” de países que no hacen lo suficiente por combatir el tráfico de personas, en la que también se encuentran Nicaragua, Venezuela, Cuba, Rusia o China, según un nuevo informe del Departamento de Estado.
Las autoridades estadounidenses destacaron que en mayo de 2021 el Gobierno bielorruso “orquestó una crisis migratoria en sus fronteras con Letonia, Lituania y Polonia”, animando a migrantes irregulares a cruzar sin atender posibles indicadores de la trata de personas.
Además, países como Camboya, Vietnam o la isla caribeña de San Martín han sido incluidos en el grupo, lo que podría acarrear sanciones como la congelación de la ayuda no humanitaria y no comercial o la exclusión de préstamos de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Todo el mundo debería ser libre. Pero a través de la fuerza, el fraude y la coacción, los traficantes de personas violan este derecho básico”, escribió el secretario de Estado, Antony Blinken, en su introducción al informe anual.
El máximo representante de la diplomacia estadounidense se refirió también a la invasión de Ucrania ordenada por el presidente ruso, Vladímir Putin, y advirtió de los peligros a los que se enfrentan los millones de desplazados por el conflicto, la mayoría de los cuales son niños y mujeres.
“Desde el comienzo de la agresión de Rusia contra Ucrania, millones de ucranianos han tenido que huir de sus hogares, la mayoría con las posesiones que podían llevar encima, y eso los hace especialmente vulnerables a la explotación”, dijo Blinken durante la presentación del informe en la sede del Departamento de Estado.
El secretario puso en valor el trabajo de mujeres como Katerina Cherepakha, presidenta de la ONG ucraniana La Strada, que ayuda a combatir el tráfico de personas y la violencia de género, y que ha tenido que hacer frente a miles de llamadas de ucranianos desplazados desde que comenzó el conflicto.
Cherepakha es una de las seis personas que el Departamento de Estado ha decidido señalar en el informe como “héroes” contra el tráfico de personas por su trabajo y activismo para luchar contra esta lacra.
Blinken habló también del peligro que supone que las autoridades chinas hagan oídos sordos a los abusos reportados por trabajadores de la nueva Ruta de la Seda, un macroproyecto de inversión que Pekín puso en marcha en 2013.
Finalmente, el secretario de Estado se refirió al cambio climático, que identificó como uno de los principales motivos de las migraciones masivas, y por tanto crea condiciones favorables para los traficantes de personas.
La “lista negra”, que este año incluye 22 países, la completan Afganistán, Brunéi, Myanmar, Curazao, Eritrea, Guinea-Bisseau, Irán, Corea del Norte, Macao, Malasia, Sudán del Sur, Siria y Turkmenistán.
Sin embargo, países como Argelia o Comoras han conseguido salir de la lista por los “logros” de sus Gobiernos al implementar medidas para combatir el tráfico de personas, como la identificación de víctimas y la condena de criminales.
No es el caso de Cuba, que fue incluido en la lista en 2019, durante la Administración del expresidente Donald Trump (2017-2021), y que desde entonces aparece siempre junto a Nicaragua y Venezuela en el grupo de países que no hacen suficiente por evitar la trata de personas.
El informe hace un especial énfasis en China y en los “peligros” de su nueva Ruta de la Seda, el gran proyecto geoestratégico que Pekín está aplicando desde 2013 con inversiones en los cinco continentes y que en total representa más de un tercio del PIB mundial, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Las autoridades estadounidenses aseguran que el macroproyecto esconde una enorme red de trabajo forzado, ya que varios países que desarrollan proyectos financiados con dinero chino supuestamente explotan a los trabajadores, muchos de ellos ciudadanos chinos, sin que el Gobierno del Partido Comunista Chino se involucre.
Además, el Departamento de Estado destacó los países que cuentan con fuerzas de seguridad o apoyan a grupos armados que emplean a niños soldado, entre los que se encuentran Rusia, Venezuela e Irán.
Estos países no pueden recibir ningún tipo de asistencia militar o entrenamiento por parte de Estados Unidos, y no se permite la venta de armas a sus gobiernos.
El informe incluye también una mención a aquellos países donde considera que el Estado es parte del problema, ya que fomenta el tráfico de personas a través de la acción gubernamental.
Naciones como Rusia, Corea del Norte, Cuba o Afganistán son acusados por las autoridades estadounidenses de contribuir al problema mediante la financiación de programas públicos que emplean mano de obra esclava, o manteniendo campamentos de personas en los que existen casos de esclavitud sexual.