São Paulo, 21 jul (EFE).- Brasil apuesta por los nuevos deportes del menú olímpico, en especial el surf y el skateboard, para tratar de batir el récord de 21 medallas conseguido por el país en los Juegos Olímpicos de Tokio, siete de ellas de oro.
Las estrellas del monopatín y de la tabla de surf se han convertido en los ídolos indiscutibles de la afición brasileña, en particular de los más jóvenes, y todos los ojos del país estarán puestos en ellos en París.
En especial, la ‘torcida’ brasileña tiene depositadas muchas esperanzas en figuras con gran magnetismo como la de la skatista Rayssa Leal, que llega a París con 16 años y con el bagaje de haber ganado la plata en Tokio cuando todavía era una niña.
Rayssa lidera una delegación de doce skatistas, todos los cupos posibles para el país, y que tiene posibilidades reales de cosechar al menos dos o tres medallas.
En las olas de Tahití, Brasil es el país con una mayor representación, seis surfistas, entre los que sobresalen los campeones mundiales Gabriel Medina, Filipe Toledo y la campeona brasileña Tainá Hinckel.
Estos nuevos deportes se suman a otros de larga tradición para Brasil, como el voleibol, el judo o la vela, que son los que históricamente más alegrías han dado al país.
Hasta ahora, Brasil ha logrado la clasificación de 277 deportistas y cuenta con opciones de aspirar a al menos dos decenas de medallas.
En voleibol, la selección femenina acude como líder de la clasificación mundial, y con muchas probabilidades de aspirar a la gloria.
En tanto, la masculina, con un año algo irregular, es sexta del mundo, pero tiene un as en la manga: ha recuperado a su técnico más laureado, Bernardinho, dueño de seis medallas olímpicas como entrenador de las selecciones femenina y masculina.
En la playa que será montada a los pies de la torre Eiffel se espera que haga un buen papel la pareja formada por Ana Patrícia y Duda, que terminaron 2023 como líderes de la clasificación mundial de vóley playa y serán las principales rivales de las estadounidenses.
Otro nombre propio a seguir en París es el de Rebeca Andrade, vicecampeona olímpica en Tokio y gimnasta más laureada de la historia de Brasil.
Esta deportista de 25 años, especialista en salto de caballo, se hizo un lugar en el corazón de los brasileños al usar en los ejercicios de suelo canciones de ‘funk’, la música urbana surgida en las favelas brasileñas.
En judo, uno de los deportes que más medallas han dado a Brasil, la delegación estará liderada por las mujeres: Mayra Aguiar, Beatriz Souza y Rafaela Silva, aunque también llega como cabeza de serie Daniel Cargnin y Willian Lima.
En natación, la gran baza de Brasil es Ana Marcela Cunha, campeona olímpica en maratón acuática en Tokio y pentacampeona del mundo en los 25 kilómetros en nado en aguas abiertas; y en atletismo, el gran nombre de Brasil es Alison dos Santos, uno de los favoritos en 400 metros vallas.
Pero las opciones de Brasil no se reducen a eso. El gigante suramericano tiene grandes posibilidades de oro en boxeo, con Bia Ferreira, y luchará por hacerse con medallas en otras disciplinas como piragüismo, tiro con arco o vela, deporte que es el más exitoso de la historia olímpica del país, con un total de 19 medallas, ocho de ellas de oro.