Milwaukee (EE.UU.), 16 jul (EFE).- La exprecandidata a la presidencia por el Partido Republicano, Nikki Haley, quien protagonizó sonadas confrontaciones con Donald Trump, participó este martes en la Convención Republicana y por petición del expresidente llegó “con un mensaje de unidad”.
“El presidente Trump me pidió que hablara en esta convención en nombre de la unidad. Fue una invitación amable y acepté felizmente y empezaré dejando una cosa perfectamente clara: Donald Trump cuenta con mi firme respaldo”, añadió.
La exgobernadora de Carolina del Sur y exrepresentante de Estados Unidos ante la ONU fue la ponente más destacada en la segunda jornada de la Convención Nacional Republicana que se celebra esta semana en la ciudad de Milwaukee (Wisconsin).
Ofreció su discurso frente a Trump, quien se presentó en el Fiserv Forum unos minutos antes, entre una fuerte ovación de los asistentes, después de que el lunes hiciera lo propio y protagonizara su primera aparición pública tras el intento de atentado que sufrió el sábado en Butler (Pensilvania).
“Ahora, mis compañeros republicanos, no sólo debemos ser un partido unificado, sino que también debemos expandir nuestro partido”, afirmó Haley, pues es tiempo de “dejar de lado nuestras diferencias y centrarnos en lo que nos une y fortalece a nuestro país”.
La exprecandidata aseguró que es consciente de que hay mucha gente que no está de acuerdo con Trump y que ella mismo no lo ha estado en algunas ocasiones, pero que “no es necesario estar de acuerdo con Trump el 100 % de las veces para votar por él”.
“Estamos de acuerdo en la verdad en las necesidades de América, en mantener a Estados Unidos seguro y en que los demócratas se han desplazado tanto hacia la izquierda que están poniendo en peligro nuestras libertades”, apuntó.
Haley fue la última precandidata del Partido Republicano en rendirse ante la superioridad de Trump y, antes de que empezaran las primarias y caucus, sonaba como la única aspirante capaz de arrebatarle el trono.
Pero no le duró mucho y en marzo, con menos de un centenar de delegados de los 1.215 necesarios para la nominación, abandonó la contienda y dejó a Trump como el único aspirante.
La relación entre Haley y Trump no ha sido fácil. Durante la campaña por la nominación republicana de Trump en 2016, fue una de las personas que más abiertamente rechazó y criticó los comentarios del magnate neoyorquino.
Aún así, tras ser elegido presidente, Trump la nombró embajadora de Estados Unidos ante la ONU, puesto que ocupó durante dos años y abandonó en 2018, un movimiento que los expertos interpretaron como una táctica para distanciarse de Trump de cara a su futura candidatura.
Hace sólo una semana, Haley anunció que liberaba a sus 97 delegados para que votaran a favor de la nominación de Trump en la convención, que se produjo formalmente el lunes.
Todo ello pese a que le costó más de dos meses pedir el voto para el exmandatario. Lo anunció en mayo y dijo entonces que aunque Trump no es “perfecto”, las políticas del actual presidente, el demócrata Joe Biden, han sido “una catástrofe”.