Miami, 18 jul (EFE).- Un parque temático de Orlando Florida decidió rediseñar una nueva atracción consistente en disparar con rayos láser desde una noria a 50 objetivos determinados, tras ser tachado de “insensible” ante los tiroteos masivos que ocurren en el país, señaló la dirección del parque en un comunicado.
El anuncio responde a una campaña en las redes sociales en contra de la nueva atracción de la que la empresa ICON Park informó hace días.
En el material publicitario de la atracción Bullseye Blast se explica que, a medida que va ascendiendo la cápsula en la que viajan en la noria, los participantes en el juego tratan de avistar en los techos de ICON Park los “50 objetivos preseleccionados estratégicamente con diversos grados de dificultad”.
“Para obtener la puntuación más alta posible, los jugadores deben alcanzar tantos de esos objetivos como sea posible con sus armas de láser durante el viaje de 18 minutos”, agrega la información.
Cada uno de los disparadores de láser tiene una mira que permite a los jugadores ver un rayo infrarrojo que los ayuda cuando apuntan a los objetivos.
“Ahh, sí, permitamos que los turistas simulen atacar a una ciudad que SIEMPRE quedó marcada y traumatizada por un acto de violencia armada”, escribió una persona en referencia al tiroteo en el club nocturno Pulse de Orlando, donde perdieron la vida en junio de 2016 49 personas que participaban en una “noche latina” gay.
Bullseye Blast fue definido como un “entrenamiento para tiradores en masa” por otro usuario de las redes.
Algunas personas, sin embargo, argumentaron que “no había razón” para escandalizarse y recordaron que hay otras atracciones similares en los parques vecinos de Disney y Universal Studios.
Lo mismo indicó ICON Park en el comunicado en que anunció la revisión de su polémica atracción.
En marzo pasado se produjo en ese mismo parque la muerte de un adolescente de 14 años al precipitarse al vacío desde su asiento en una torre de caída libre.
La familia de Tyre Sampson, natural de Misuri, demandó en los tribunales a Orlando Eagle Drop Slingshot, compañía propietaria de la atracción, y a ICON Park, por “homicidio culposo”.
Sampson, quien se encontraba en Orlando con un grupo de amigos, se subió a la atracción Free Fall, una torre de 131 metros de altura con una caída libre de más de 120 km/h.
Según una investigación preliminar, cayó al vacío durante el viaje posiblemente porque debido a su gran corpulencia -más de 130 kilos de peso-, el operador de la atracción ajustó manualmente la apertura del arnés y el sensor del asiento para permitir su acomodación.