Washington, 8 jul (EFE).- La primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, inició este lunes una gira por los estados clave de Carolina del Norte, Florida y Georgia para captar el voto de los miembros y exmiembros de las Fuerzas Armadas y sus familias.
Según informó la campaña del presidente Joe Biden, Jill Biden tenía previsto anunciar esta iniciativa, llamada “Veteranos y Familias Militares con Biden-Harris”, durante actos en Wilmington (Carolina del Norte), Tampa (Florida) y Columbus (Georgia), tres estados con numerosas poblaciones de veteranos y familias militares.
En un comunicado, la jefa de campaña de Biden, Julie Chávez Rodríguez, señaló que este nuevo programa buscará involucrar y movilizar a millones de veteranos y familias militares en todo el país a través de diferentes eventos presenciales o virtuales.
“Nuestros veteranos y familias militares son los valientes y audaces que dan un paso adelante por todos nosotros. Merecen un comandante en jefe que respete su valentía y entienda personalmente su sacrificio, no uno que los denigre por estar dispuestos a arriesgar sus vidas por nuestra democracia”, afirmó Chávez Rodríguez.
La jefa de campaña se refería así a varios reportajes de prensa que revelaron que, en 2018, el expresidente de EE.UU. Donald Trump (2017-2021) dijo a sus asesores que no quería ir a un cementerio en Francia porque consideraba a los soldados muertos como “tontos” y “perdedores”.
Trump, que podría ser el rival de Biden para las elecciones de noviembre, ha negado estos comentarios, aunque posteriormente fueron corroborados por su jefe de gabinete en aquel momento, John Kelly.
Jill Biden ha abanderado los esfuerzos de la campaña para llegar a militares porque ella misma siente esa causa muy cercana, ya que su padre sirvió en la Marina durante la Segunda Guerra Mundial.
Además, uno de los hijos del presidente, Beau Biden, quien falleció en 2015 por un tumor cerebral, estuvo en la guerra de Irak como miembro de la Guardia Nacional del Ejército de Delaware.
Estos esfuerzos de la campaña se producen en un momento en que Biden afronta presiones por parte de miembros de su partido y comentaristas de televisión para que ponga fin a su campaña de reelección tras el debate del 27 de junio contra Trump.