Ciudad de México, 5 jul (EFE).- El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) calificó este viernes como “muy positiva e interesante” la reacción de los países de la región americana ante los conflictos bélicos en Ucrania e Israel.
Así lo dijeron en una entrevista con EFE, tras un evento del CICR y la Cancillería de México para conmemorar el 75 aniversario de los Convenios de Ginebra, Romina Morello, asesora legal regional para las Américas del comité, y Paola Burgos, coordinadora jurídica de la delegación de México de la misma organización.
“Los países de la región están alzando su voz para que no existan violaciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH) en cualquiera de los conflictos armados que existen en la actualidad”, afirmó Morello, preguntada por su opinión sobre el rol de las naciones latinoamericanas ante los conflictos en Ucrania y la Franja de Gaza.
La asesora destacó también el papel de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la defensa del DIH, específicamente en la resolución emitida por dicha organización la semana pasada.
“Tenemos párrafos muy fuertes en los cuales se pone el cumplimiento del DIH como un valor y una obligación de todos los estados”, resaltó.
Y añadió que “los países han reafirmado la importancia del DIH como regulador de los comportamientos durante la guerra”.
La diferencia entre “situación de violencia” y guerra
Ambas representantes del CICR pidieron aplicar correctamente la terminología y diferenciar conflicto armado de situaciones de violencia concretas que puedan estar sucediendo en determinadas zonas de México, como en los estados de Chiapas (sur) o Michoacán (occidente).
“Todo es violencia, solo que esta tiene que llegar a ciertos umbrales de intensidad y organización para ser considerado conflicto armado” afirmó Morello, quien explica que estos niveles no se han alcanzado en México.
En palabras de Burgos, las bandas armadas que operan en ciertos puntos de México “no cumplen con las características que definen a una parte en un conflicto armado” en términos de cadena de mando, comunicación o capacidad para ejecutar operaciones militares.
Además, para que dichas circunstancias de violencia pudieran elevarse a la categoría de conflicto armado necesitarían de un reconocimiento por parte del Estado mexicano como tal, algo que, como puntualiza Burgos, no se da en la actualidad.
El mismo caso aplica para la realidad de algunos países de Centroamérica, de donde proviene gran parte del flujo migratorio que atraviesa México para alcanzar Estados Unidos.
No obstante, aunque no puedan calificarse como guerras, los movimientos migratorios hacia el norte se ven influenciados por la situación de inseguridad que se dan en regiones de Centroamérica.
“Las maras (pandillas) y también las políticas restrictivas de los Estados han forzado a muchas personas a emprender esta ruta migratoria”, comentó Burgos.
Respecto a las actuaciones del Estado mexicano como respuesta al movimiento migratorio que discurre el país, Burgos consideró que “México ha hecho esfuerzos para adecuar su marco normativo y poder ofrecer mejores soluciones a las personas que van en tránsito”.
Y destacó la importancia de fortalecer los intercambios de información con los países centroamericanos como clave para aliviar la situación de las personas migrantes.