San Juan, 30 may (EFE).- El jefe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Achim Steiner, afirma en una entrevista con EFE que para la supervivencia de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, en inglés) es “absolutamente imprescindible” una transición a la economía verde y azul.
“Energía limpia, transporte limpio, operando en una plataforma digital, estas son condiciones clave para que estos pequeños estados insulares en desarrollo tengan economías viables”, dice Steiner, quien participa en la IV Conferencia Internacional de los SIDS, que concluye este jueves en Antigua y Barbuda.
Para el administrador del PNUD, también es “una condición previa para que, en última instancia, muchos de ellos tal vez sobrevivan este siglo XXI, porque con el cambio climático y el aumento del nivel del mar, estos países también tienen que invertir cantidades significativas de dinero en la llamada adaptación”.
Esa adaptación pasa por sistemas de producción de alimentos y de pesca sostenibles y una infraestructura y un turismo más verde, así como por realizar un cambio hacia las energías renovables.
Según los datos facilitados por Steiner, se estima que los SIDS gastan alrededor de 3.300 millones de dólares (3.046 millones de euros) al año en combustibles fósiles, en algunos casos hasta el 18 % de su Producto Interno Bruto (PIB).
“Estos son costos extraordinarios que, si una comunidad hiciera una inversión inicial en energía eólica y solar, podría proporcionar a estos países un suministro de energía limpio e independiente, y ahorrarían millones de dólares”, subraya.
El PNUD y el Fondo Mundial para el Medio Ambiente han lanzado durante la conferencia una nueva iniciativa de 135 millones de dólares (casi 125 millones de euros) para ayudar a 15 SIDS a ser más resilientes, diseñando soluciones basadas en la naturaleza en tres sectores clave: desarrollo urbanístico, producción alimentaria y turismo.
El cambio climático es “una carga existencial y económica”
“El aumento del nivel del mar es lo que en última instancia podría significar literalmente que estos países ya no existan en el mapa mundial, tal vez dentro de 30 o 40 años”, lamenta Steiner, quien cita también los fenómenos climáticos extremos que están causando “cada vez más daños masivos”.
Debido a que son pequeñas economías insulares, el jefe del PNUD explica que “los costos de recuperación y reconstrucción son inmensamente altos”.
“El cambio climático es una carga existencial pero también económica que está creando cada vez más dificultades, y muchos de los SIDS más pobres también están muy endeudados”, asegura.
Steiner indica que carecen del capital para poder invertir en la transición hacia lo que “todos han acordado que es realmente el futuro: la economía azul y verde”.
Los SIDS son un grupo de 39 países, ubicados en el Caribe, el Pacífico y el Atlántico, Océano Índico y Mar de China Meridional, que representan menos del 0,4 % del PIB mundial, son el hogar de 59 millones de personas y tienen una deuda pública total que asciende a unos 82.000 millones de dólares (unos 75.710 millones de euros).
Una cuestión de justicia climática
“Están bajo una tremenda presión en términos de su supervivencia económica y también física a medida que el cambio climático se convierte en un fenómeno cada vez más real”, denuncia Steiner.
Tras un fuerte huracán, puede que un tercio de su infraestructura quede destruida y, debido a la subida del mar, tienen que desarrollar una infraestructura urbana para proteger su territorio y a sus habitantes, pero son proyectos que ellos por si solos no pueden financiar.
“Se les está obligando a gastar recursos y dinero en un problema que ellos no causaron. Es por eso que el cambio climático también se ha convertido en una cuestión de justicia climática”, asevera el jefe del PNUD.
El problema es que dos tercios de los SIDS están clasificados como países de ingreso medio, por lo que tienen un acceso limitado o nulo a apoyo de deuda o financiamiento concesional. En la conferencia, se ha propuesto ampliar esos criterios y adoptar un Índice de Vulnerabilidad Multidimensional.
Para Steiner, los SIDS se encuentran en “un momento crucial” de transición para no quedarse estancados como países altamente vulnerables, por lo que “la comunidad internacional no puede darles la espalda”.