Tucson (AZ), 23 may (EFE).- Alfredo Gutiérrez, un reconocido activista en Arizona cumplió una de sus más anheladas metas al graduarse este mes a los 78 años de la universidad que lo expulsó hace más de cinco décadas por defender los derechos de los latinos.
“Varias cosas me motivaron a regresar a la universidad, he pasado muchos años de mi vida predicando y animando a nuestros jóvenes latinos a seguir sus estudios, que sigan con su educación superior, y me sentía un poco hipócrita sabiendo que yo mismo no lo había cumplido”, dijo a EFE Gutiérrez.
De familia mexicana y nacido en el pueblo minero de Miami (Arizona), desde muy joven experimentó la discriminación en contra de su comunidad.
En 1968, la Universidad del Estado de Arizona (ASU) lo expulsó por liderar una protesta contra los bajos salarios de las mujeres en la lavandería universitaria, que en su mayoría eran migrantes indocumentadas mexicanas.
Gutiérrez fue uno de los fundadores de la Organización de Estudiantes México-Americanos en ASU, que más tarde se convirtió en el poderoso Movimiento Estudiantil Chicano de Aztlán (MECHA, en inglés).
En una época de grandes movimientos estudiantiles a favor de los derechos civiles, Gutiérrez asegura que de joven se convirtió en el “blanco” de los directivos de la universidad.
El latino cuenta que aceptó la expulsión con la condición de que dejaran abierta la puerta para que en el futuro pudiera regresar, algo que se le dificultó después de casarse y formar una familia.
El activista marchó junto con el icónico líder civil César Chávez (1927-1993) por los derechos de los trabajadores agrícolas y se desempeñó durante más de una década como legislador de Arizona.
En 2002 se postuló sin éxito como gobernador de Arizona y recientemente fungió como presidente del Distrito de Colegios Comunitarios en el condado Maricopa. Allí peleó para que los jóvenes indocumentados tuvieran matrículas iguales a las de los residentes legales del estado.
El activista se enfrentó al polémico alguacil de Maricopa, Joe Arpaio, quien ganó fama nacional por sus operativos en contra de los migrantes indocumentados. Su lucha fue fundamental para la derrota electoral del poderoso Arpaio en 2026 y para llevarlo a las cortes judiciales.
Gutiérrez también fue una fuerte voz contra la implementación de la polémica ley estatal SB-1070 en 2010, conocida como “muéstrame tus papeles”, la cual hasta la fecha permite que las autoridades locales puedan preguntar el estatus migratorio de aquellos que “sospechan” son indocumentados.
Sin embargo, el líder comunitario tenía una tarea pendiente. “Siempre he dicho que debemos luchar por nuestros derechos, y sin embargo sentía que yo mismo había fallado por dejar atrás mi meta de terminar la universidad”, dijo Gutiérrez.
Finalmente, el pasado 9 de mayo Gutiérrez se graduó de la Facultad de Ciencias y Artes Integradas de ASU.
“Es algo que tenía pendiente, además no los podía dejar ganar”, subrayó Gutiérrez refiriéndose a las personas que lo expulsaron por su activismo.
Con su título en mano, el hispano enfrenta ahora un proyecto de ley republicano que avanza en Arizona para convertir en un crimen la migración indocumentada.
La iniciativa (la HCR-2060), que ya fue aprobada en el Senado, otorga poder a las autoridades locales de arrestar y encarcelar a migrantes que han cruzado la frontera de manera irregular.
Siguiendo los pasos de Texas y Florida, en Arizona los legisladores buscan con esta ley preguntar a los votantes en noviembre por su aprobación.
Gutiérrez recordó que la SB-1070 fue aprobada por los legisladores mientras que la HCR-2060 será llevada a las urnas, por lo que la lucha será diferente.
“Primeramente debemos motivar a nuestra gente a salir a votar, debemos movilizar el voto latino”, dijo el activista.
Aseguró que también se preparan para luchar en contra de la posible campaña de información falsa.
“Nuestra gente (los migrantes) en Arizona han sido parte del crecimiento económico de este estado, sin embargo siempre se les acusa de ‘robar’ trabajos y de ser una carga económica”, se lamentó.
Gutiérrez actualmente escribe una novela, donde los protagonistas son jóvenes latinos en la década de 1960.
El activista dice que espera que su historia inspire a otros a seguir sus estudios sin importar los retos o los años que tengan que esperar para cumplir su meta.