Washington, 11 jul (EFE).- Familiares de conocidos activistas encarcelados en Oriente Medio advirtieron este lunes de que el viaje del presidente de EE.UU., Joe Biden, a Arabia Saudí será instrumentalizado por las dictaduras en la región para blanquearse internacionalmente y ante sus propios pueblos.
Así lo denunciaron la saudí Lina al Hathloul, la egipcia Sanaa al Seif y la bareiní Maryam al Jawaya, parientes de presos políticos y de conciencia en sus respectivos países en una rueda de prensa en uno de los edificios del Senado de EE.UU., en Washington DC.
Las tres, que son también activistas, coinciden en que el viaje de Biden, que visitará Yeda (Arabia Saudí) del 15 al 16 de julio tras viajar a Israel para participar en una cumbre de los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CGG), va a servir de “campaña de relaciones públicas” para los dictadores en la región.
Además criticaron que el mandatario estadounidense no tenga en su agenda ningún encuentro con representantes de la sociedad civil, pero que se vaya a ver con dirigentes como el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán.
Al Hathloul recordó que el nombre de su hermana, Loujain, que estuvo encarcelada tres años hasta marzo de 2021 por reivindicar el derecho de las mujeres a conducir y el fin de la tutela masculina y sobre la que actualmente pesa la prohibición de viajar fuera del reino, fue el primer nombre saudí que pronunció Biden cuando llegó a la Casa Blanca.
El mandatario estadounidense “prometió convertir a Arabia Saudí en un paria y distanciarse del príncipe Mohamed bin Salmán”, indicó Al Hathloul, quien se quejó que esta postura parece que ha acabado con el viaje del mandatario estadounidense y expresó su temor por las consecuencias de que Biden se vea con Bin Salmán.
En ese sentido, auguró que con ese gesto Biden va a “empoderar” y “envalentonar” al príncipe heredero y le dará una legitimidad “que no tiene”.
Pese a admitir que hay estabilidad en el reino, la activista dijo que no quiere “un país gobernado por alguien que tortura a mujeres”, incluida su propia hermana, “o alguien que mutila en trozos a periodistas”, en referencia a Jamal al Khashoggi, asesinado en octubre de 2018 en el consulado saudí en Estambul.
De manera similar se expresó Al Seif, hermana de uno de los activistas más prominentes de Egipto, Alá Abdelfatah, en prisión desde 2019 acusado de “difundir noticias falsas que socavan la seguridad del Estado”.
Seif, que también es defensora de derechos humanos, indicó que su familia no tiene motivos para creer que su hermano será liberado cuando cumpla su condena, en 2027; y afirmó que las autoridades egipcias están empleando su caso para sentar ejemplo con otros opositores.
La joven manifestó su inquietud de que tan pronto como Biden y el presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, coincidan en Yeda en alguna bilateral (todavía no se ha confirmado ninguna) la fotografía o vídeo de ese instante sea “repetido y repetido” en Egipto para convertirlo en “una campaña de relaciones públicas”.
Al Jawaya, miembro de una familia famosa de activistas en Baréin y cuyo padre, Abdulhadi al Jawaya, lleva en prisión desde 2011, recordó que tras la visita del expresidente Donald Trump (2017-2021) a Arabia Saudí en 2017 cinco manifestantes fallecieron en su país por la represión policial a las 48 horas.
“Esto lo hemos visto una y otra vez, cuando las Administraciones de EE.UU o los presidentes de EE.UU. se reúnen con los líderes de regímenes que oprimen”, denunció Al Jawaya.
La activista consideró que la visita de Biden supone un “punto de inflexión” en sus promesas de que quieren defender los derechos humanos, ya que se va a reunir “con dictadores que no han rendido cuentas por las violaciones incontables de derechos humanos documentadas durante décadas”.
Durante el fin de semana, el diario The Washington Post publicó un editorial firmado por el propio Biden donde aseguró, al referirse a Arabia Saudí, que su postura sobre los derechos humanos “son claras” y que la defensa de las “libertades fundamentales” están siempre en su agenda cuando viaja al extranjero.
Sin embargo, el director ejecutivo de Proyecto sobre la Democracia en Oriente Medio (POMED, en inglés), Stephen McInerney, indicó al comienzo de la rueda de prensa, organizada por este y otros grupos, que ese artículo se basa en una “serie de mitos y falsedades” y deja patente que Biden no tiene ninguna razón de peso para visitar Arabia Saudí más que “ser simpático con dictadores”.
Las activistas estuvieron acompañadas también por el congresista demócrata Jim McGovern, quien criticó el viaje de Biden a Yeda, al considerar que no hay ningún país en la región donde se garanticen los derechos humanos o las libertades fundamentales.