Washington, 18 abr (EFE).- Pese a la pandemia y los conflictos bélicos que se han producido en los últimos años, la economía global ha mostrado una resistencia inusual, con la inmigración como una parte importante de la resiliencia, al haber contribuido a aumentar la capacidad de producción.
Así lo afirmó en una entrevista con EFE el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Pierre-Olivier Gourinchas: “La inmigración ha sido una parte importante de la resiliencia de varias economías avanzadas”, sentenció el economista.
Cuando se mira a Estados Unidos, Canadá, Reino Unido o la eurozona, ha habido “un aumento en la oferta laboral” que proviene en gran parte de trabajadores nacidos en el extranjero, una situación que “ha aumentado la capacidad de producción de la economía”.
“También ayudó a enfriar parte de la presión sobre el mercado laboral que hubo tras la pandemia”, agregó. En consecuencia, el papel de la inmigración también sirvió para ayudar “en el frente de lucha contra la inflación”.
Gourinchas rechazó así los discursos demonizadores que se hacen desde algunas figuras políticas y partidos que abogan por medidas proteccionistas: “Los estudios que hemos realizado en el Fondo apuntan al hecho de que la inmigración tiende a ser un beneficio neto para las economías receptoras, aumenta la oferta laboral y estimula la innovación”, dijo.
Esta semana, el FMI y el Banco Mundial (BM) están celebrando sus reuniones de primavera en Washington y el martes el Fondo presentó el último informe de perspectivas económicas. En él se hace una descripción de escenarios alternativos a las actuales perspectivas, de factores que podrían elevar el crecimiento, y el impulso a la migración es uno de ellos.
Si la fuerza laboral en las economías avanzadas para 2030 aumenta el 1 % gracias a la inmigración, el incremento resultante en la oferta laboral podría agregar 20 puntos básicos al crecimiento mundial, calcula el FMI.
Un mundo más polarizado
En sus perspectivas, el Fondo elevó una décima su previsión de crecimiento mundial, hasta el 3,2 %, y destacó la “sorprendente resiliencia” de la economía pese a las tensiones geopolíticas de las guerras de Ucrania y Gaza y a la cada vez mayor fragmentación geopolítica, que está configurando un nuevo orden mundial.
Pero también reconoció que una escalada del conflicto en Oriente Medio podría derivar en un empeoramiento del crecimiento a corto y medio plazo.
En la entrevista, hecha unos días después del ataque de Irán contra Israel, Gourinchas afirmó que aunque “es un poco pronto” para evaluar las consecuencias de este conato de escalada, el Fondo está “preocupado” por la situación.
“Nos preocupa la posibilidad de que el riesgo geopolítico afecte a los mercados de productos básicos y, por tanto, tal vez al comercio y a la economía global”, afirmó a EFE.
Si como consecuencia de las tensiones en la zona hay un aumento del 15 % en el precio del petróleo y una subida significativa en los costes de envío, señala el economista, habría un impacto en la inflación global, que elevaría alrededor de 0,7 puntos porcentuales en 2024.
Pese a la resiliencia de la economía global, sostuvo Gourinchas, al Fondo le preocupa también el pobre crecimiento a medio plazo y el hecho de que sea “más pronunciado para las economías emergentes y en desarrollo, en comparación con las avanzadas”.
Una situación que, como consecuencia, provoca que haya cada vez más desigualdad entre los países pobres y las economías avanzadas.
En opinión de Gourinchas, hay mucho margen de maniobra en las economías pobres para reducir la brecha y las organizaciones multilaterales son clave para lograr el cambio.
Entre otras cosas, es necesario que los países mejoren el clima macroeconómico para atraer capital extranjero y capital verde.
“Muchas de estas economías necesitan encontrar formas de aumentar los ingresos para el gasto público de una manera más eficiente”, así como “mejorar y reducir los niveles elevados de deuda”, agregó.