Mapastepec (México), 31 dic (EFE).- Los miles de migrantes que conforman la caravana del éxodo de la pobreza que se encuentra en Chiapas, al sur de México, despedirán el año en medio de tristeza y con sentimientos encontrados al estar fuera de su país, pero con nuevos propósitos y la esperanza de obtener un documento legal en territorio mexicano.
Los migrantes de al menos nueve nacionalidades se encuentran debajo de árboles, techos improvisados, un domo y la mayoría instaló un campamento improvisado en el deportivo Santa Cruz, del municipio de Mapastepec, donde han hecho cocinas al aire libre para preparar sus comidas y cena de fin de año.
Guillermo Bofil, migrante que conforma un grupo de una decena de cubanos, contó a EFE que compraron ingredientes para preparar “pollo congrí”, el cual será una cena especial al estar fuera de casa, pues han viajado hasta acá para poder cumplir sus deseos de llegar a su destino que es la Ciudad de México.
Dentro de sus propósitos están seguir luchando para llegar a Estados Unidos, aunque con gran dificultad, pero mantienen su deseo de seguir avanzando con documentos mexicanos, para que no se les haga difícil su caminata.
“El mejor regalo que pueden hacernos en estos momentos son los documentos, esos para mantenernos y luchar con un trabajito hasta que podamos avanzar a los Estados Unidos, con eso nos conformamos”, expresó.
Esperan documentos
En este campamento, también se encuentra Gladys Marisela Amador García, quien agradeció al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, por dejarlos permanecer y esperan que les puedan dar un permiso para estar legalmente en el país.
“Mi propósito es ir a Monterrey para poder trabajar y echarle ganas para poder darle lo mejor a mis hijos, lo que les puedo decir a todos (es) que le echen ganas, todo el que persevera alcanza, valió la pena, sinceramente, caminamos demasiado”, dijo.
Asimismo, se encuentra Andrés López, un migrante ecuatoriano, quien montó una peluquería al aire libre para tener dinero y comprar alimentos para este fin de año y para los siguientes días.
“La verdad, la estoy pasando trabajando para hacernos para un almuerzo, para una merienda o un desayuno porque no hay dinero, porque somos de un lugar lejos y se ha gastado muchos, me he gastado unos 1.500 dólares desde mi país”, afirmó.
Otro de los migrantes que cruza México caminando, es Fernando, originario de Brasil, que sigue en esta larga travesía junto con un gran grupo de migrantes centroamericanos, haitianos y venezolanos.
“La familia está en Sao Paulo, Brasil, nos comunicamos por teléfono, es una ruta difícil, peligroso caminando, todo se paga, es como un negocio caminando para el sueño americano”, recalcó.
Este migrante, ha sido asegurado y deportado hacia Tapachula, pero su deseo de poder llegar a Baja California, lo motiva a seguir caminando este 31 de diciembre, por lo que hablará con su familia a San Paolo, Brasil para desearles un buen año.
Luis Rey García Villagrán, del Centro de Dignificación Humana (CDH), quien acompaña a este éxodo de la pobreza, anunció este domingo a los miles de migrantes que el Gobierno de México, les otorgará una regular estancia a partir del próximo martes.
“Hay una respuesta positiva del Instituto Nacional de Migración (INM) para resolver a los 3.856 que están anotados con nosotros, un documento que va pasar a través de un filtro en el cual se les va dar una tarjeta por razones humanitarias por un año valida en todo el territorio nacional con opción de trabajo”.
La caravana de miles de migrantes, que partió de la frontera sur de México como la más numerosa del año avanza cuando se han registrado cifras históricas de personas que buscan entrar a Estados Unidos en la frontera con México, donde la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense (CBP, en inglés) confirmó esta semana la llegada de más de 2,2 millones de migrantes de enero a noviembre.