Ciudad de México, 30 dic (EFE).- México cierra 2023 con cinco asesinatos de periodistas pero, pese a la baja en estas agresiones respecto al año pasado, cuando se registraron trece asesinatos contra comunicadores, el problema sigue siendo “muy preocupante”, indicó a EFE la organización Artículo 19.
“México no debería tener ni un solo periodista asesinado, es inaudito que la vida de un periodista, mujer u hombre, sea eliminada de esa forma, sea apagada esa voz de esa manera”, indicó en una entrevista el coordinador de documentación del programa de protección y defensa de Artículo 19, Pedro Cárdenas.
Mediante su metodología, Cárdenas contó que la organización identificó que “al menos a cinco de los asesinatos que ha habido este año se les puede señalar un posible vínculo con su labor periodística”.
Aunque no es una cifra definitiva, porque otros casos todavía están en proceso de documentación “y pueden o no incorporarse”, destacó las obligaciones de las autoridades y de las fiscalías “de hacer una investigación exhaustiva con el protocolo homologado de delitos contra la libertad de expresión”.
Entre los homicidios están los de Marco Aurelio Ramírez Hernández, periodista independiente en el estado de Puebla el 23 de mayo, y Luis Martín Sánchez Íñiguez, reportero del estado de Nayarit que trabajaba para La Jornada y Crítica ADN, el 7 de julio.
El 15 de julio ocurrió el de Nelson Matus Peña, quien trabajaba para el medio Lo Real en el estado de Guerrero.
El 25 de septiembre sucedió el de Jesús Gutiérrez Vergara, reportero de Notiface Prensa Digital, en el estado de Sonora, y el 16 de noviembre el de Ismael Villagómez Tapia, quien trabajaba para El Heraldo de Juárez en el estado de Chihuahua.
Además, se registraron varias tentativas de asesinato y algunas desapariciones de reporteros en Taxco, Guerrero, donde aparecieron días después con vida.
Violencia contra la prensa “normalizada”
Para Cárdenas, el hecho que existan tantos asesinatos contra periodistas en México en los últimos años lo convierte en un problema “normalizado”.
“Comparativamente no hay otro país que tenga estos números a lo largo de estos años, es decir, hemos normalizado la violencia y nos preocupa que no se vea que cada caso es una afectación no solo al periodista”, expuso.
Dijo que a la sociedad afecta el silenciamiento de la libertad de prensa “porque genera vacíos informativos”.
Expuso que “los asesinatos son un mensaje muy contundente de que hay ciertos temas que no se pueden tocar, de que hay ciertas investigaciones que no se pueden publicar”.
“En México, desafortunadamente, estamos en una espiral de violencia, bastante crítica desde hace ya tres sexenios (presidenciales), pero es imprescindible que no lo normalicemos y que no pensemos en números o en cifras, sino en vidas silenciadas”, apuntó.
Cifras negras en las últimas administraciones
Con nueve meses por delante en la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, que se inició en diciembre de 2018 y se cierra el próximo septiembre, su Gobierno acumula hasta ahora 43 asesinatos contra periodistas y está muy cerca de la cifras de asesinatos registradas previamente, según Artículo 19.
“El Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) sigue siendo el más letal con 48 asesinatos, seguido por el de Enrique Peña Nieto (2012-2018) con 47 y con López Obrador han sido 43”, observó Cárdenas.
“Y nuestra esperanza siempre es que se quede ahí, que no haya ni uno más, esa es un poco la esperanza, pero el problema es muy preocupante y grave”, cerró.
De acuerdo con la asociación, un total de 163 periodistas han muerto asesinados en México desde 2000 en posible relación con su labor.
En 2022, México se apuntó como el “país en paz” más peligroso para la prensa, al concentrar el 20 % de los asesinatos de periodistas en el mundo, con 13 casos, según Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Pese al descenso de asesinatos, RSF mantiene al país como el más peligroso en zona de paz para ejercer la profesión periodística y en el cómputo global solo se superó en Palestina.
Indicó que México concentra el mayor número de periodistas asesinados Latinoamérica, que registró seis muertes a nivel regional, según el informe anual de RSF.
Asimismo, hay 31 profesionales de la prensa desaparecidos, que representan más de un tercio de los periodistas en paradero desconocido de todo el planeta.