San José, 29 sep (EFE).- El Gobierno de Costa Rica contabiliza hasta este viernes el paso de más de 300.000 migrantes en lo que va del 2023 que integran un flujo que cruza el continente con destino a Estados Unidos, y declaró emergencia nacional con el fin de agilizar la movilización de recursos para atender la situación.
El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, firmó este viernes el decreto ejecutivo que declara Emergencia Nacional la crisis migratoria, lo que permite a la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) tomar una serie de medidas administrativas, operativas y económicas para atender la situación.
Los datos oficiales de Costa Rica indican que en lo que va del 2023 han ingresado por la frontera con Panamá 320.110 migrantes, de los cuales 214.146 (68 %) son venezolanos, seguidos por 37.156 ecuatorianos; 21.255 haitianos; 16.294 chinos; 8.851 colombianos; 2.593 chilenos; 2.536 indios; 2.413 afganos; 2.144 peruanos y 12.722 de otras nacionalidades.
Según estos datos de la Dirección General de Migración, 274.242 de los migrantes son adultos y 45.868 son menores de edad.
El decreto de emergencia nacional impulsa “procedimientos más ágiles para apoyar las labores de las instituciones relacionadas a la protección de las familias que ya se encuentran en las fronteras y la garantía de un tránsito seguro hasta su siguiente punto de la mano con las instituciones”, informó la Casa Presidencial en un comunicado.
El Gobierno explicó que trabaja para la habilitación completa del Centro de Atención Temporal para las personas Migrantes (CATEM) en el cantón de Corredores, fronterizo con Panamá, para trasladar allí la atención de los migrantes que se aglomeran en la localidad de Paso Canoas al ingresar desde Panamá.
Costa Rica tiene en marcha un plan para que los migrantes que ingresan desde Panamá tomen autobuses en Paso Canoas que los llevan hasta Los Chiles, frontera con Nicaragua, sin embargo muchos de ellos no tienen los 30 dólares que vale el boleto y se quedan varados en un sitio llamado Campo Ferial, donde acampan en pobres condiciones de seguridad y salud.
El Gobierno anunció este viernes que implementará un nuevo plan en el que los autobuses panameños que traen a los migrantes ingresarán hasta el Centro de Atención Temporal de Migrantes (CATEM) para evitar que estas personas queden deambulando por las calles.
Una vez dentro del CATEM, los migrantes tomarán los autobuses que los trasladarán hasta la frontera con Nicaragua para que continúen su travesía por el continente.
Además, el Gobierno informó que está trabajando con organismos internacionales para la instalación de un puesto móvil de atención médica para reforzar las labores que realizan los profesionales de salud de la Caja Costarricense del Seguro Social.
El presidente Chaves reiteró este viernes que el Gobierno va a deportar a los migrantes que no respeten las leyes en Costa Rica.
“He instruido a las autoridades migratorias para que las personas migrantes que se portan mal, que generen disturbios o le falten el respeto a nuestras autoridades y a la ley costarricense, van de vuelta a su país de origen porque aquí no lo vamos a tolerar”, expresó Chaves.
La semana pasada las autoridades detuvieron a 27 migrantes como sospechosos de protagonizar disturbios cuando la policía impedía sus ventas ambulantes en la localidad de Paso Canoas. El presidente Chaves dijo que a estas 27 personas se les aplicará un proceso de deportación.