Miami, 28 sep (EFE).- Este jueves se cumple el primer aniversario del paso del destructor huracán Ian por la costa floridana del Golfo de México, la furia de un ciclón que llegó a alcanzar la categoría 5, la máxima, con vientos de hasta 257 km/h, y se cobró la vida de 156 personas solo en Estados Unidos.
Ian se convirtió así en el huracán 38 desde 1924 que alcanza esta intensidad máxima de vientos, aunque fuese brevemente, unas siete horas antes de su impacto en territorio estadounidense.
Ian tocó tierra hace un año como huracán de categoría 4 en la zona de Fort Myers Beach, en el suroeste de Florida, con vientos máximos sostenidos de 250 km/h (155 mph) y una marejada ciclónica que causó una devastación sin precedentes en esa zona costera.
El impacto de Ian fue demoledor, tanto por sus vientos destructores como por sus “marejadas ciclónicas catastróficas e inundaciones históricas” en gran parte del centro y norte de Florida, según recogió un informe posterior del Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) de EE.UU.
Los daños causados por Ian fueron evaluados en más de 112.000 millones de dólares (106.000 millones de euros) en Estados Unidos, lo que lo convierte en el huracán más costoso en la historia de Florida y el tercero en la de esta nación, solo por detrás de Katrina (190.000 millones de dólares/180.000 millones de euros) y Harvey (151.000 mil millones de dólares/143.000 millones de euros).
De los casi 113.000 millones de dólares en daños, la mayor parte (109.000 millones) se produjo en Florida.
Ian trae también recuerdos amargos a Cuba, que a fecha de hoy solo ha recuperado cerca del 43 % de las viviendas dañadas.
Antes de azotar Florida, Ian arrasó como huracán de categoría 3 en la escala de Saffir-Simpson buena parte del territorio de Pinar del Río, en el oeste de la isla.
Ian causó en Cuba la muerte de al menos cinco personas y dejó considerables daños materiales en más de 100.000 viviendas, muchas de las cuales aún no han sido reparadas, según cifras oficiales.
Además dañó el suministro de agua potable, afectó gravemente a la agricultura, especialmente en el cultivo de Tabaco -el producto agrícola estrella de Pinar del Río- y propició el colapso total del Sistema Eléctrico Nacional, provocando un apagón general en la isla del que se tardó en salir.
En Florida, la estimación final de las pérdidas de producción para las operaciones agrícolas a causa de Ian fue de más de mil millones de dólares; pero, un año después, para “algunos productores, la recuperación aún continúa”, como señaló hoy a EFE Christa Court, profesora de Economía regional de la Universidad de Florida (UF).
De hecho, precisó Court, algunos productores “todavía trabajan arduamente para reparar, reconstruir o, en algunos casos, fortalecer las estructuras tanto personales como agrícolas”.
Y es que el “impacto a mediano y largo plazo” derivado del viento o las inundaciones podrían recién ahora ser evidentes para algunos cultivos o productos primarios”, añadió la experta, también directora del programa de impacto económico del Instituto de Ciencias de la Alimentación y Agrícolas (IFAS), de la UF.
La furia de un mar embravecido: cuestión de vida o muerte.
Un documental, “Price of Paradise: Surviving Hurricane Ian”, estrenado en abril pasado, muestra imágenes escalofriantes de un mar embravecido descargando su furia sobre la tierra y arrasando con todo a su paso por la costa floridana. Negocios, viviendas y playas desaparecieron.
El mensaje del impactante documental sobre Ian estrenado en 2023 es precisamente ese: la necesidad de evacuar la zona antes del desastre y de cuidarse no solo del viento sino particularmente de las catastróficas marejadas ciclónicas e inundaciones.
“El monstruoso huracán Ian nos recuerda que es cuestión de vida o muerte abandonar, evacuar las zonas bajo amenaza y que la población siga las órdenes de evacuación dictadas por las autoridades”, dijo hoy a EFE Luke Culver, meteorólogo del NHC.
Fue tal la devastación causada en Fort Myers Beach que este año la ciudad no tuvo fuegos artificiales ni desfile para celebrar el día de la Independencia el pasado 4 de julio.
Un reporte del NHC estima que en Estados Unidos la cifra de decesos a causa de Ian asciende a 156, de los cuales 66 fueron muertes directas, todas ellas en Florida. De ese número, 41 se debieron a la marejada ciclónica que se produjo en el área por donde entró a tierra.
En el centro de Florida se registraron 12 muertes directas por las inundaciones, según el reporte del NHC, que responsabiliza al huracán de otras 90 muertes indirectas en Estados Unidos, incluidas 84 en Florida, cinco en Carolina del Norte y una en Virginia.
La principal causa de muerte en esos casos fue la falta de acceso a atención médica oportuna, accidentes relacionados con el ciclón y problemas cardíacos.
El aciago nombre de Ian fue retirado de la lista oficial rotativa que elabora la Organización Meteorológica Mundial (OMM), “debido a la muerte y destrucción” que causó, señaló este organismo internacional en su sitio web.