Los Ángeles (EE.UU.), 1 ago (EFE).- Tres exbailarinas del equipo de la cantante estadounidense Lizzo demandaron a la intérprete y a su compañía por, supuestamente, haberlas acosado sexualmente y por haber creado un “ambiente de trabajo hostil” entre 2021 y 2023.
La denuncia fue presentada este martes ante el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles contra Melissa Viviane Jefferson (Lizzo), la productora que lidera -Big Grrrl Touring, Inc.- y la capitana del equipo de baile Shirlene Quigley, informaron medios nacionales.
El documento fue firmado por las bailarinas Arianna Davis, Crystal Williams y Noelle Rodriguez, quienes actuaron con Lizzo en festivales y conciertos desde septiembre de 2021 hasta abril de 2022 -durante la gira “The Special Tour”- y continuaron como parte del elenco en la gira europea de este año.
Las mujeres alegaron que la cantante -quien se ha posicionado repetidamente a favor de respetar la diversidad corporal- hizo comentarios sobre el aumento de peso de una de ellas y añadieron que experimentaron otros episodios de acoso sexual, religioso y racial durante su estancia en la compañía.
Además, a Quigley se le acusa de tratar de convertir a su religión a los miembros del equipo y de hacer comentarios burlones e incómodos sobre aquellas que tenían relaciones sexuales antes del matrimonio.
También se señaló que la capitana cuestionó abiertamente la virginidad de una de las demandantes durante la grabación del programa de telerrealidad “Watch Out for the Big Grrrls”, liderado por Lizzo, del que las litigantes formaron parte.
Asimismo, Arianna Davis describió que durante su paso por Ámsterdam en el tour europeo de este año, dos de las demandantes salieron de fiesta con Lizzo y el equipo al conocido barrio rojo, donde acudieron a un club de estriptis en el que fue presionada para tocar los pechos de una de las bailarinas en contra de su voluntad.
Otras de las acusaciones expuestas estuvieron relacionadas con desencuentros con parte del equipo directivo de la empresa después de que se les pidiera adelantar ciertos pagos y que sus respuestas estuvieran cargadas de “animadversión racial y gordofobia”.
La demanda también establece que Davis fue despedida por grabar una reunión en la que Lizzo daba instrucciones a sus bailarines, mientras que Williams no fue renovada aludiendo a recortes presupuestarios que no afectaron a otros profesionales. Rodríguez, por su parte, renunció en un acto de solidaridad con Davis y Williams.