Washington, 28 jun (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, puso este miércoles la economía en el centro de su campaña electoral para 2024 con un discurso en el que delineó su visión para mejorar la vida de la clase trabajadora con apoyo a los sindicatos e impuestos a los ricos, una idea bautizada como “Bidenomics”.
Este intento de proporcionar a Biden un mensaje fresco de cara a las elecciones de 2024 supone el mayor esfuerzo hasta la fecha de la Casa Blanca para convencer al público de que las políticas económicas del mandatario han ayudado al país a recuperarse de la pandemia y seguir creciendo.
La tarea no es nada fácil, ya que un solo un tercio de los estadounidenses cree que está haciendo un buen trabajo con la economía y sus índices de aprobación están en un 43%, según Gallup.
Biden eligió como escenario para dar su gran discurso la antigua oficina de correos de Chicago: un espacio de techos altos con paredes de mármol, decorado con enormes banderas de Estados Unidos y grandes letreros azules con la palabra “Bidenomics” decorando el escenario.
Frente a una audiencia de 200 personas, el mandatario subió al podio para definir esa nueva idea de “Bidenomics”.
“Bidenomics es sobre el futuro. Bidenomics es otra forma de decir que vamos a restaurar el sueño americano”, manifestó el presidente, quien dijo que los economistas son los que se habían inventado ese término, pero que él ahora se lo ha apropiado porque: “Bidenomics está funcionado”
Bajo ese término de “Bidenomics”, la Casa Blanca ha incluido una gran cantidad de ideas, desde inversiones en infraestructuras hasta incentivos fiscales para resucitar al sector de la manufactura en EE.UU. pasando por políticas más populistas, como acabar con las comisiones ocultas que cobran aerolíneas, bancos y otros sectores.
Según la Casa Blanca, “Bidenomics” supone una ruptura fundamental con la teoría económica de “Reaganomics” (reaganomía, en español), la visión económica neoliberal que promovió el expresidente Ronald Reagan (1981-1989) para promover el libre mercado y reducir impuestos.
Aunque esa visión neoliberal está asociada con Reagan, Biden la vinculó directamente con el expresidente Donald Trump (2017-2021), al que no llamó por su nombre y al que se refirió solo como su “antecesor”.
De forma indirecta, Biden criticó a Trump, con quien podría enfrentarse nuevamente en las elecciones de 2024, por las políticas que implementó para beneficiar a los más ricos de EE.UU., mientras apelaba al desencanto de la clase trabajadora con la globalización.
“Este es el momento. Las familias estadounidenses por fin van a conseguir un alivio”, aseguró Biden.
El presidente se comprometió a sacar adelante algunas de las mayores reformas sociales que abanderó durante su campaña para las elecciones de 2020 y que se quedaron estancadas porque los demócratas no tienen suficientes votos para aprobarlas en el Congreso.
Biden, de hecho, usó su discurso para dejar claro que tiene intención de seguir luchando por mayores impuestos para los ricos y una gran reforma que permita a los niños de entre tres y cinco años acceder a educación gratuita, además de abaratar los altos costes que los estadounidenses pagan por la universidad.
Con la llegada de Biden a la Casa Blanca en enero de 2021, la economía estadounidense se recuperó tras la bajada del PIB durante la pandemia y las tasas de desempleo descendieron hasta situarse en un 3,7 % en mayo pasado.
Sin embargo, la economía ha mostrado su peor faceta con la inflación, que subió a máximos históricos en 40 años al alcanzar el 9,1% en junio de 2022, aunque ha ido retrocediendo y se situó en el 4% en mayo.